Obama, más agresivo, acusó varias veces a Romney de mentir
Washington. — El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no dejó pasar ni unos minutos de su segundo debate anoche con su rival republicano, Mitt Romney, para pasar al ataque con la economía de trasfondo.
17 de octubre 2012 · 01:00hs
Washington. — El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no dejó pasar ni unos minutos de su segundo debate anoche con su rival republicano, Mitt Romney, para pasar al ataque con la economía de trasfondo. Ante la primera pregunta en la universidad de Hofstra, en el Estado de Nueva York, planteada por un universitario de 20 años que quería saber qué harán los candidatos para asegurarle que tendrá un trabajo cuando se gradúe en 2014, Obama acusó a Romney de haber querido llevar a la industria automovilística de Detroit a la bancarrota.
Obama acusó a Romney de haber promovido la bancarrota de las automotrices "sin darles una forma de mantenerse abiertas", dijo que el plan de su rival de crear 12 millones de puestos de trabajo es inviable y que los recortes impositivos que planea incrementarán el déficit en 5 billones de dólares. Romney dijo que quiere bajar las cargas impositivas "para toda la gente" y no sólo para los ricos y aseguró que Obama prometió que reduciría la deuda pública a la mitad y la duplicó. El republicano afirmó que cuatro años de gobierno demócrata estaban llevando a EEUU camino a la crisis griega.
El formato del segundo debate consistió en una especie de asamblea donde personas elegidas del público fueron las encargadas de hacer las preguntas a los dos candidatos presidenciales, sentados uno frente a otro —aunque separados unos metros— en sendas banquetas, y que se levantaban y se situaban en el centro del escenario para dar sus respuestas. Ambos contendientes se interrumpieron mutuamente desde el arranque y a menudo hablaron al mismo tiempo, a tal punto que no se podía entender a ninguno.
En casi todas sus intervenciones, Obama se dirigió directamente a su oponente, a diferencia del debate anterior en Colorado, cuando miró principalmente al moderador, mientras Romney se dedicaba a criticar y reprender al presidente ante millones de telespectadores.
El republicano ratificó también su postura dura en materia migratoria al afirmar que de llegar a la Casa Blanca no permitirá una "amnistía" para los indocumentados ni que estos obtengan una licencia de conducir. Obama, que pese a todo cuenta con el apoyo mayoritario de los latinos, según todas las encuestas, replicó rápidamente acusando a los republicanos de no haber apoyado ninguna de sus propuestas en esta materia. La parte final del debate fue sobre el control de armas y política exterior, ésta última basada en los fallos del gobierno, según Romney, que causaron la muerte del embajador de EEUU en Yemen.
Analistas habían coincidido en señalar que la mayor presión del debate residía en Obama, después de la desastrosa actuación que tuvo en el primer cara a cara con un Romney que salió engrandecido del encuentro a comienzos de mes, lo cual le permitió al candidato republicano recortar distancias en unos sondeos ya de por sí demasiado ajustados para los demócratas.
Los sondeos. De hecho, los demócratas se levantaron ayer con una encuesta del diario USA Today en conjunto con Gallup según la cual el 50 por ciento de los votantes en 12 Estados clave elegiría a Romney como presidente, mientras que el 46 por ciento se inclinaría por Obama. Esta información se unió a otro sondeo publicado el lunes por la cadena CNN, que mostró menor distancia entre ambos candidatos con un 47 por ciento de los apoyos para Obama y un 48 por ciento para Romney.