El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió ayer que nunca dejará que la oposición republicana revoque su ley de reforma de Salud o demore su aplicación, subiendo la apuesta en una disputa que podría terminar en un "cierre del gobierno" o un histórico default externo. Los republicanos de la Cámara de Representantes, donde son mayoría, se niegan a aprobar la ley de presupuesto o a aceptar una suba del techo de la deuda pública de 16,7 billones de dólares, a menos que el mandatario demócrata acceda a desfinanciar o a diferir la entrada en vigor de la reforma de salud, su mayor logro político interno.
Si no se llega a un acuerdo, el gobierno podría quedar sin fondos autorizados para operar el 1º de octubre —situación que se conoce como "cierre del gobierno"— o incurrir en un default de la deuda externa por primera vez en su historia, lo que podría pasar desde mediados de octubre. Además, el gobierno se vería forzado a enviar a casa de vacaciones forzadas a cientos de miles de empleados públicos de servicios considerados no esenciales.
Sin embargo, Obama, en un discurso dado ayer en una universidad en Washington, advirtió que no tolerará la jugada de los republicanos. "Algunos han amenazado con un cierre del gobierno si no pueden callar esta ley", dijo Obama sobre su reforma de la salud, que extendió la cobertura médica a millones de estadounidenses que carecían de obra social o prepaga. "Otros de hecho amenazaron con una clausura económica negándose a pagar las deudas de Estados Unidos si no pueden demorar la ley", prosiguió el presidente. "Eso no va a pasar mientras yo sea presidente. La ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio está aquí para quedarse".
Los economistas advierten que una caída en default de Estados Unidos podría tener efectos devastadores sobre la economía mundial. El techo de la deuda de EEUU se alcanzó en mayo, y a partir de ese momento el Tesoro tomó medidas extraordinarias para evitar el cese de pagos, pero éstas "se agotarán el 17 de octubre", advirtió el miércoles el secretario del Tesoro, Jacob Lee.
El viernes pasado, la Cámara de Representantes —controlada por la oposición republicana— adoptó un proyecto de presupuesto temporario para financiar al Estado hasta el 15 de diciembre, pero suprimió dinero para la reforma del sistema de salud, aprobada en 2010. El Senado, controlado a su vez por el oficialismo demócrata, deberá adoptar su propia versión del presupuesto temporal este domingo. El texto contempla dinero para financiar la reforma sanitaria y limita el presupuesto temporal al 15 de noviembre en lugar del 15 de diciembre. El texto modificado deberá volver a la Cámara baja, donde sus posibilidades de éxito son inciertas. El miércoles, los senadores votaron a favor de poner fin al debate y pasar a su enmienda y eventual sanción, aunque luego de que un senador republicano del ultraconservador Tea Party, Ted Cruz, hablara 21 horas seguidas en un intento por evitar la votación.
EEUU colmará su capacidad o techo de endeudamiento en pocas semanas, y sin una autorización expresa del Congreso para rebasarlo el Tesoro no podrá hacer frente a sus obligaciones. "Cuanto más nos acercamos, más irresponsables se vuelven. De lo que tienen miedo los republicanos no es de que falle (la reforma sanitaria), tienen miedo de que tenga éxito", señaló Obama.
En su encendida defensa de la ley, Obama instó a los ciudadanos a registrarse a partir del 1º de octubre, fecha en la que entrará en vigor uno de sus capítulos clave, el que permite que aquellos sin cobertura accedan a un nuevo "mercado" de seguros médicos individuales. "La sanidad no debe ser un privilegio de unos pocos, es un derecho en la nación más rica del mundo", explicó el presidente, al defender la reforma sanitaria, que sus detractores bautizaron despectivamente como "Obamacare". Más del 60 por ciento de las personas que actualmente no poseen ninguna cobertura de salud podrán contratar una póliza que costará menos que una factura mensual de un celular. "En el país más rico del mundo nadie debería entrar en bancarrota sólo porque está enfermo", agregó Obama. En EEUU es común que un particular sea demandado por haber incurrido en gastos de salud que no puede pagar. Los "seguros" o prepagas suelen dar una cobertura parcial.
Los republicanos critican la reforma con el argumento de que obligar a adquirir cobertura médica supone una intromisión en la vida de las ciudadanos. Agregan que desalienta la creación de empleo.