Con un nuevo paso que lo distancia del comediante clásico con que constituyó lo sustancial de su carrera artística, Guillermo Francella logra brillar a través de Juan, en “Los Marziano”, una película de Ana Katz que se estrena hoy en Rosario. Se trata de una historia de hermanos, donde Francella interpreta a un personaje perdedor y algo desdichado.
Francella fue, y sigue siendo, un capo cómico televisivo, con enorme impacto popular. Aunque en el último tramo de su desarrollo artístico ha comenzado a involucrarse en proyectos de mayor sofisticación, y paradójicamente, de menor alcance popular. En ese contexto se inscribe su protagónico en “Los Marziano”, una película en la que comparte roles protagónicos con Arturo Puig, Mercedes Morán y Rita Cortese. Todos bajo la dirección de Ana Katz, la directora de los largometrajes “El juego de la silla” y “Una novia errante”.
—¿Cómo te resulta el encuentro con estos trabajos que no fueron los habituales en tu carrera?
—Son circunstancias, tanto en televisión como en teatro, se me brindó la posibilidad de transitar géneros extraños para mí como la comedia musical y otros rubros. No reniego de mi etapa anterior, pero la verdad es que hoy me llegan guiones distintos, donde puedo tocar otras cuerdas y presentarme al público desde un lugar distinto.
—¿Se puede hablar de género más sencillos y otros más complejos?
—Los géneros tienen que ver con la verosimilitud con que se cuentan, cómo se actúan. Me dio placer esta película porque roza lo trágico sin abandonar del todo el humor. Cuando uno puede transitar distintos géneros, la profesión de actor recupera su sentido. Y ahí está el gusto.
—¿Cómo fue tu encuentro con Ana Katz, y cómo fue la recepción de la propuesta?
—En la charla inicial con Ana Katz ya me di cuenta de que el proyecto me gustaba. Se trata de una historia de mucho amor, de mucha intensidad. Me generó emoción la historia entre hermanos. Ana (Katz) es una directora que me dirigió de verdad, y que no me permitió caer en el recurso que por ahí a mi me resulta más cómodo y que durante muchos años me ha sido muy efectivo.
—¿Te movilizó tratar el vínculo entre hermanos?
—Con mi hermano Ricardo somos antagónicos, aunque no tengo la distancia como la tiene Juan en la película con su propio hermano. Somos distintos con mi hermano, pero tenemos cercanía, nos ayudamos, colaboramos y no tienen lugar ciertas miserias que sí aparecen en la relación de los hermanos de la película (Francella-Puig-Cortese).
—¿Cómo resultó construir un personaje bien distinto al Francella clásico, el comediante?
—Ana Katz trabaja la dirección de manera precisa, supo justo qué necesitaba de cada personaje. Así que me allané a sus pedidos para llegar al tono que se buscaba. En mi caso, se trató de encontrar la economía y austeridad en los gestos, en el movimiento, en el vestuario. Todos esos elementos, incluidos el modo de mirar, de decir, fueron trabajados con la directora. Fue un trabajo arduo, bello, intenso y satisfactorio.
—¿Qué dirías de Juan?
—Que es un hombre que registra las prioridades de la vida con una lógica propia, distinta a la de la familia que lo rodea.
—Entre los atractivos de “Los Marziano”, cuenta el vínculo tuyo con Arturo Puig ¿cómo fue?
—Nunca me había tocado trabajar con Arturo (Puig) y se dio de la mejor manera. La relación de los hermanos está signada por la insatisfacción, y en eso va la película. La verdad que nos encontramos del mejor modo con Arturo, que por supuesto nos conocíamos porque habíamos compartido el mismo canal de televisión durante años.