Gaza. — Los médicos palestinos en el hospital Shifa en Gaza están
acostumbrados a ver víctimas con heridas horribles tras años del sangriento conflicto. Pero nunca
tuvieron que lidiar con tal cantidad de muertos y heridos como ahora con la ofensiva militar
israelí "Plomo Fundido". Bastante más que 300 muertos y más de 1.400 heridos fueron contados desde
el inicio de los masivos ataques aéreos contra objetivos de la organización radical islámica Hamas.
"Tenemos aquí en el hospital 700 heridos", dijo Raed al Arini, un empleado de la administración.
Muchos de ellos están en el pasillo y constantemente entran otros nuevos. Algunos incluso tuvieron
que ser tratados en el suelo, porque no quedan más camas ni camillas libres.
Unos 400 heridos tuvieron que ser derivados a otras clínicas, dijo Al Arini. La
situación en la clínica más grande de Gaza es caótica, a pesar de los esfuerzos de la milicia
policial de Hamas por establecer el orden. Tras las primeras agresiones por sorpresa del sábado,
más de 185 muertos y cientos de heridos fueron ingresados casi al mismo tiempo.
El hospital ya dejó de utilizar el depósito de cadáveres, dijo Al Arini. "¿Por
qué deberíamos seguir utilizándolo? Ahí entran 30 cadáveres y ya tenemos más de 350 muertos",
afirmó.
En cada compartimento se colocaron hasta tres cadáveres. A las familias de los
muertos se les pidió que los retiraran lo antes posible y los enterraran, para evitar además el
riesgo de epidemias.
Caos en hospitales. En la antesala del hospital, los familiares de las víctimas
se pelean con policías de Hamas, que debido a la aglomeración no los quieren dejar entrar. Pero no
pueden retener por mucho tiempo a los desesperados familiares: Cuando después de un nuevo bombardeo
israelí otra vez son traídos nuevos heridos, algunos de ellos consiguen ingresar al edificio en
medio del caos generalizado. "No podemos trabajar nada bien", se queja Iman, una joven enfermera,
que comenzó a trabajar hace poco. Además del exceso de pacientes, el personal también sufre por la
falta masiva de medicamentos y equipos.
No hay medicinas. Tras casi un año de bloqueo israelí casi constante,
prácticamente no hay más reservas. El ex ministro de Salud Bassem Naim advirtió ayer de un nuevo
empeoramiento de la atención médica en la Franja de Gaza. Faltan más de cien medicamentos
diferentes. Y los aparatos médicos no se pueden reparar por los bombardeos.
A ello se suma el peligro constante de que un misil o una bomba israelí caiga
sobre el hospital. El domingo, según testigos, cayeron dos bombas a pocos metros. Algunas esquirlas
llegaron hasta el edificio. Los vidrios rotos cayeron sobre pacientes en la estación de cuidados
intensivos que están suspendidos entre la vida y la muerte.
Ayuda egipcia. Al menos 250 heridos graves necesitan urgentemente un tratamiento
médico adecuado. Egipto ofreció ayuda y se declaró dispuesto a admitirlos en hospitales
egipcios.
Pero Hamas, que domina la Franja de Gaza desde hace un año y medio, rechazó
categóricamente esta posibilidad. La organización reclama la apertura total del paso fronterizo de
Rafah a Egipto. Es inaceptable que Egipto sólo pretenda abrir la frontera para los heridos que
perdieron algún miembro, se quejó indignado el portavoz de Hamas, Fausi Barhum, durante el fin de
semana. "Luego los enviarán de vuelta (a Gaza) en ataúdes", añadió.
Pero tras un día de confusión y desacuerdos entre El Cairo y Hamas, palestinos
heridos lograron pasar ayer desde Gaza a Egipto. Al mismo tiempo, el flujo de suministros egipcios
a Gaza comenzó a acelerarse.