"Cuando uno conoce la historia se da cuenta que es increíble que alguna vez haya aburrido. Es una historia llena de pasión, de intrigas, de todos los componetnens de un thriller o de una novela. Si algo no le falta a nuestra historia es interés". Así define el historiador Felipe Pigna la materia prima de "Historia clínica", la serie que conduce junto al doctor Daniel López Rosetti y que hace foco en la forma en que las dolencias afectaron la vida personal y pública de quien las padeció, así como también aborda hipótesis y explicaciones sobre cómo podrían haberse desarrollado en otros contextos. El ciclo, que se podrá ver a partir de mañana, a las 23, por Canal 5, tendrá como eje de su capítulo inicial a Eva Perón. Contará con las actuaciones Eleonora Wexler, Jorge Suárez y Osmar Nuñez.
En sucesivas entregas actuarán Pablo Rago como el Che Guevara, Adrián Navarro como Horacio Quiroga, Marcelo Mazzarello como Enrique Santos Discépolo, Cecilia Dopazo como Alfonsina Storni, Mike Amigorena como el Gral. San Martín, Julieta Díaz como Tita Merello y Gerardo Romano como Juan Domingo Perón, entre un reconocido elenco.
—¿Cómo surge esta idea y cuál fue el objetivo del programa?
—Surge a partir del libro de Daniel Lopez Resetti al que yo le hice el prólogo. Habíamos terminado de hacer "Lo que el tiempo nos dejó" con Sebastián Ortega para Underground. Le acerqué el libro, le gustó mucho y nos pareció que era algo que tenía muchas posibilidades de ser llevado a la televisón. El proyecto se presentó al concurso del Cin (Consejo Interuniversitario Nacional), lo ganamos y empezó esta aventura de hacer la serie. Entre preproducción, rodaje y posproducción llevó un año y se estrenó en Mendoza primero porque asío lo establecía el convenio.
—¿Qué los decidió por determinados personajes?
—La elección de los personajes no fue nada sencilla porque más allá de algunos que uno podía pensar como arquetípicos de la Argentina, coincidían en su importancia histórica política con una historia clínica interesante. Pero algunos que seguro queríamos tener, no fueron viables por carecer de una historia clínica, por ser demasiado sanos, digamos...
—¿Con quienes les pasó?
—Nos pasó con Irigoyen, con Lisandro de la Torre que nos pearecieron interesantes, pero no tenían una patología que permitiría el desarrollo del tema. Por eso tuvimos que empezar a ahondar mucho en qué personaje elegir que nos parecieran representativos de la historia argentina.
—¿Qué representa la historia clínica en relación al pasado?
—Lo primero es que la serie renuncia absolutamente al morbo. No entra por ahí, sino que plantea la calidad de ser todos pacientes padecientes. Y eso nos humaniza y nos hace seres humanos, y también sucede con las personas notables de la historia y la cultura. En este caso también les pasa lo mismo y nos parecía una entrada interesante vincular la historia clínicia del personaje con el contexto histórico, con su vida, cómo fue marcando la cuestión clínica su vida.
—¿Cuáles fueron los casos más notables en ese sentido?
—Hallamos casos muy claros y evidentes, como el Che con el asma, o Perón donde la invesgivación de Daniel determinó que al regreso de Peron, cada episodio fuerte emotivamente le produjo crisis cardíacas, como pasó el 20 de junio con Ezeiza, el día de la asunción, el día de la despedida, o el 1º de mayo, cuando entran los Montoneros en la Plaza. Cada día tuvo un correlato clínico en cuanto a lo emotivo. Hay una relación directa entre lo que le pasa a la persona y su posibiliad de adaptación, la determinación en algún caso o el condicionamiento en otro.
—¿Qué denominador común tiene estos personajes?
—Depende de los casos. No hay un patrón común. El patrón común es la influencia de lo sicosomático en sus vidas o a veces directamente de los somático. Aparte son personajes muy distintnos. Tenemos a gente del mundo del espectáculo como puede ser Aníbal Troilo, Tita Merello, Discépolo, también vinculado a la política y las letras; Horacio Quiroga o Alfonsina Storni. Y otra gente muy vinculada al quehacer político como Perón, Evita, el Che, Manuel Belgrano, San Martín o Castelli. En general lo que uno ve es que es gente muy comprometida con sus ideas. También eso tiene que ver con un compromiso físico. Entregarse totalemente por una causa tiene sus implicancias físicas. En estos casos uno lo ve bastante claro. Además no coincidimos con este concepto de enfermos de poder porque las personas más poderosas del mudo no estuvieron enfermas. Mussolini, Hitler mueren de otras cosas, y Stalin tampoco. No hay una enfermedad del poder. En general los poderosos y los ultrapodersos tienen un mecanismo de defensa muy fuerte. Bastaría recorrer la lista de los dictadores y represores en Argenitna para ver que la mayoría han sido longevos. Tampoco podemos aplicar un patrón en eso.
—Ya tenés un largo recorrido en televisión. ¿Cómo te resulta la experiencia?
—Es un medio maravilloso, el tema es cómo se lo use. Sería muy ridículo (decir lo contrario), como si alguien dijese que está mal internet. Son medios fantásticos con los que se pueden hacer maravillas o desastres. Depende cuáles son los intereses en juego. "Algo habrán hecho" lo demostró con 25 puntos de rating y cómo provocó entre los chicos el acercamiento a la historia. Se puede hacer algo en horario central y la gente puede elegirlo. Cuando uno conoce la historia se da cuenta que es increíble que alguna vez haya aburrido porque si algo no es la historia argentina es aburrida. Está llena de pasión, de intrigas, de los componetnens de un thriller, de una novela. Si algo no le falta a nuestra historia es interés.