"Buscamos testigos que colaboren con nosotros" dice el padre de Franco, Ricardo Tosi, quien viajó seis veces a la zona de Carrilobo para saber el avance de la investigación, y en todos los viajes le dijeron que "no tenían nada". Los investigadores le contaron que indagaron todas las pistas, pero a él le sobran las dudas.
"¿Qué pasó con las llamadas telefónicas que hizo Franco esa noche? ¿Cómo puede ser que nadie haya investigado un posible crimen pasional?", se preguntó cuando finalizaba la marcha. "Lo único que tienen es media huella digital y al parecer un ADN, pero tampoco lo sabemos a ciencia cierta.
La queja también es porque no fueron atendidos de manera correcta. Cuando fueron a ver el cadáver, los mantuvieron con dilaciones. Todo lo lleva a preguntar si no está implicada la policía.
"Los análisis que le hicieron al cuerpo solamente detectaron algo de alcohol, lo lógico de la fiesta, pero nada de droga", dijo Ricardo, tras añadir que es necesario que la gente siga acompañando para que se haga justicia por Franco.
"Si es verdad lo que dicen, a mi hijo lo mataron con un tutor (de un árbol) recogido a 60 metros del lugar y que, al golpearlo, chocó contra la pared y las astillas quedaron sobre la remera. Por cómo quedaron y a partir del tamaño de las pequeñas manchas de sangre en el piso, se infiere que, cuando recibió el golpe fatal, estaba acostado, en la posición en que lo encontraron", contó por su parte Stella, la madre de Franco.
Osario viejo. El osario donde encontraron sin vida a Franco es un edificio viejo que se encuentra en el cementerio de Carrilobo, de unos dos metros por tres, situado a la vera de la ruta, no por el acceso principal. Se ingresa por una puerta de hierro que se abre con facilidad. Fue construido el 1º de septiembre de 1934, así lo indica un cartel.
Adentro hay un mostrador con un portavelas plateado, flores de plástico, portarretratos, floreros, figuras religiosas y una cruz amarilla.
El cuidador que lo vio por primera vez, Omar Cabrera, contó que estaba tirado en el suelo y que tenía mucha sangre en la cara. Antes de avisarle a la policía le dijo lo que había visto al intendente.
"Fui a ver unos animalitos, di una vuelta y me encontré con eso. La puerta ese día tenía un palito. Eso fue como a las dos y cuarto de la tarde. Pensé que estaba acostado, pero cuando vi la sangre me di cuenta de que estaba muerto. Pensé que era un compañero nuestro", comentó a este diario.
La localidad cordobesa de Carrilobo tiene unos tres mil habitantes y está ubicada a unos 260 kilómetros de Cañada de Gómez. La economía depende de la soja, el maní y el maíz, y también de la ganadería. Hay muy pocas industrias. La noche del espectáculo, con la presencia de Banda XXI, asistieron al lugar fueron unas dos mil personas que eran ajenas al pueblo.