Lo que necesitaba lo consiguió. Newell’s sacó a relucir el orgullo, la bronca interna, volvió a ganar después de seis partidos y logró saciar sus ansiedades. San Lorenzo, la víctima en el Coloso, fue un verdadero santo ante un rojinegro furioso. Newell’s mostró toda su enjundia, tuvo entrega absoluta, convencimiento y se quedó con una victoria inobjetable. Tan necesaria como agua en lo que era un desierto hasta hace pocos días. Y así, dentro de la cancha, el plantel respaldó a un Gustavo Raggio que también debía sumar de a tres para conseguir tranquilidad ante tantas versiones destituyentes en los últimos días. Y en una noche en la que Maxi Rodríguez fue la gran figura de la noche, anotó dos goles y hasta sorprendió con sus palabras cuando en los vestuarios puso en duda su continuidad en el parque Independencia.
Era el día de la obligación. Por lo menos eso es lo que esperaba su gente. Y así lo entendía el propio entrenador que en la semana dejó sentado esta necesidad de sumar de a tres. Era el único resultado que le iba a permitir alejar cualquier cuestionamiento. A la vez, ahuyentar los rumores de cambio de conducción. El triunfo de anoche le permitió parar la pelota, detener las críticas por un instante y apoderarse de una semana de paz hasta la próxima escala llamada Victoria.
Con toda la presión existente en la previa Newell’s salió a escena en el Coloso para tratar de reducir a un San Lorenzo que viene a los tumbos. E intentó cachetearlo desde el arranque. A los 13’ Bernardi le ganó una pelota a Mercier que terminó con Scocco maniobró afuera del área y metiendo un zurdazo se fue apenas desviado.
El Santo atacaba y llegaba también, pero sin ser punzante ni lastimar. Hasta que a los 34’ llegó la explosión en el Coloso. Tevez la guapeó ante Cavallaro en la mitad de cancha, le ganó la posición, se fue de lleno al arco, “pintó” a Mercier y su centro atrás lo tomó Maxi para sentenciar a Torrico. Gran jugada de la Furia desnudando las falencias defensivas.
Newell’s buscó la definición rápida en el complemento y a los 2’ Bustamante sacó un disparo que se fue apenas desviado. Pero a los 5’ recibió una cachetada tremenda. Córner desde la derecha, Más la peinó en el primer palo y Cauteruccio apareció en el segundo para tocarla al empate. Y a remar de nuevo.
Carozo reaccionó rápido y mandó a la cancha a Figueroa, quien en su primera acción generó una jugada de sumo riesgo para el visitante. Maxi luchó con los centrales y el rebote lo tomó Tevez con un disparo que terminó con la bocha en el techo del arco de Torrico.
El Sapo entró entonado y desequilibró aún más una defensa azulgrana que entregó enormes ventajas. Y en una de sus acciones le puso una bocha maravillosa entre los defensores a Maxi y su disparo lo tapó Torrico, pero en el rebote Scocco la empujó al gol para el 2-1.
A esa altura San Lorenzo estaba entregado y con las guardias baja. Newell’s, con todo el envión anímico a su favor, fue en por más. Otra vez Figueroa enredó a los defensores, el rebote le quedó a Bernardi para habilitar a Maxi y que definiera el pleito.
Newell’s volvió a ganar. Logró el oxígeno que necesitaba y aquietó las aguas. Lo hizo sin lucir como en otras oportunidades, pero siendo un equipo expeditivo, luchador y aprovechando las ventajas del rival. No hubo tiki tiki ni nada por el estilo. Hubo sacrificio para alcanzar la victoria y tratar de comenzar una historia nueva.