A Newell’s la victoria se le escurrió como agua entre las manos. Porque más allá del error garrafal de Sebastián Peratta sobre el cierre del partido, lo concreto es que antes los rojinegros tuvieron todo servido para atesorar un triunfo que los volvía a posicionar en el lote de arriba de la tabla. Es que la roja prematura de Razzotti significó que los de Sensini jugaran más de una hora con superioridad numérica y encima ante un adversario rejuntado en la mixtura de titulares y suplentes. Y por si todo esto fuera poco en el complemento apareció el penal infantil de Seba Domínguez a Achucarro que Rolando Schiavi canjeó por gol. Así la Lepra, a pesar de no tener nunca el control absoluto del trámite y con la mayoría de sus jugadores por debajo de lo que pueden rendir, se perfilaba como vencedor. Claro que esta vez el uno leproso que nunca se equivoca falló en el tiro del final de Lima y el empate 1 a 1 cayó como una condena.