Newell's debió trabajar mucho para ganarle a Huracán, pero sigue invicto y en la punta
uando Insaurralde apareció como una tromba pisando el área chica y batió al
seguro Monzón, pareció que se venía la noche ideal para Newell’s. Porque Huracán insinuaba
con el
tiki tiki
limitado, pero no tenía peso ofensivo para inquietar al fondo local
ni a Sebastián Peratta, la figura del duelo. La Lepra necesitaba sentar presencia en el torneo y,
sobre todo, en su debut en un Coloso hambriento de fútbol, pero le costó horrores alcanzar el
objetivo frente a un rival desarmado...
31 de agosto 2009 · 01:00hs
Cuando Insaurralde apareció como una tromba pisando el área chica y batió al seguro
Monzón, pareció que se venía la noche ideal para Newell’s. Porque Huracán insinuaba con el
tiki tiki
limitado, pero no tenía peso ofensivo para inquietar al fondo local
ni a Sebastián Peratta, la figura del duelo. La Lepra necesitaba sentar presencia en el torneo y,
sobre todo, en su debut en un Coloso hambriento de fútbol, pero le costó horrores alcanzar el
objetivo frente a un rival desarmado, una verdadera maqueta del Huracán subcampeón del Clausura
pasado. En un fútbol exitista lo que vale es ganar y anoche Newell’s lo consiguió, más allá
del sufrimiento que tuvo que padecer hasta el final. Y, lo que más importa en el hincha, está
invicto y es uno de los líderes.
Rengo
Díaz como grandes abanderados que casi nunca pudieron ser
controlados por los rojinegros.
Rengo
puso en práctica los reflejos de Peratta sobre la media hora de
juego sacando la pelota al córner y otra en el complemento que tenía destino de gol.
Roja y más complicaciones.
La Lepra debía asegurar el partido para no sufrir. Lo intentó, pero
la estructura se sacudió cuando Sánchez Prette bajó a Rodríguez cuando iba camino al gol y vio la
roja por doble amarilla. El impacto se sintió, Huracán se apoderó del juego a pesar de las
limitaciones y estuvo ahí nomás de la igualdad. Que no consiguió por los notables reflejos de
Peratta que ahogó el grito quemero una y otra vez.
Newell’s fue ciclotímico a lo largo de todo el juego.
Por momentos permitía que el rival jugara y manejara la pelota a su antojo, y en otros imponía un
ritmo avasallante para hacer trabajar a Monzón. Como cuando Achucarro quedó a tiro de debutar en la
red y el arquero del Globo ganó el duelo. O cuando Núñez también lo puso a prueba y el guardavalla
respondió con categoría.
A pesar de que Huracán fue al desarmadero y Cappa se quedó
con muy poco del equipo revelación del torneo pasado, se las ingenió para complicar a los
rojinegros con la circulación y manejo de pelota. Con Bolatti y el
Newell’s tuvo lo suyo con un Sánchez Prette de buen
pie y exquisito. A veces le cuesta retroceder y dar una mano en la recuperación (llegó a último
momento y no hizo pretemporada), pero es necesario en un equipo que aún está en la búsqueda de la
identidad. También apareció Achucarro imponiendo presencia con velocidad. Y otra vez Núñez dejó
hasta el alma en la cancha empujando y peleando cada pelota como si fuera la última. De hecho,
recibió una enorme ovación de todo el estadio cuando fue reemplazado por Boghossian.
Rodrigo Díaz fue uno de los principales jugadores del
visitante. Estuvo cerca con aquel tiro libre bárbaro que pegó en el ángulo y que en el rebote, con
el afán de despejar, Schiavi la hizo rebotar en la base del caño. El mismo
Sensini y su equipo necesitaba de un triunfo en su debut en el Coloso. La
meta se alcanzó y obtuvo otros tres puntos vitales para seguir invicto y siendo protagonista del
Apertura. Fue una victoria sufrida, pero victoria al fin. Y eso, para los