El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se atribuyó anoche la victoria en las elecciones parlamentarias, poco después de que encuestas a boca de urna mostraran que tendría la primera opción para formar una coalición tras borrar la ventaja de su rival de centroizquierda, Isaac Herzog. "Contra todos los pronósticos logramos una gran victoria para el Partido Likud, el campo nacionalista y el pueblo", dijo el premier Netanyahu, quien afirmó que iba a trabajar por la formación de un gobierno "fuerte y estable". Sus seguidores lo vitorearon y clamaban: "No queremos un gobierno de unidad".
La participación electoral al cierre de las parlamentarias israelíes de ayer alcanzó 71,8 por ciento del electorado (cuatro puntos por encima del 67,8 por ciento de 2013), según datos oficiales citados por el diario Haaretz. El resultado superó además en siete puntos al de 2009 (65,2 por ciento) y en ocho y medio al de 2006 (63,2 por ciento). El índice histórico de participación electoral israelí se sitúa en torno al 77,3 por ciento, aunque en la última década y media cayó por debajo del 70 por ciento y en los últimos comicios, hace sólo dos años, fue del 67,8 por ciento. Casi 5,9 millones de israelíes están llamados hoy a las urnas en unas elecciones anticipadas de las que saldrá la vigésima legislatura del Parlamento y el trigésimo cuarto gobierno de Israel.
En los días previos a la elección, el primer ministro apeló al ala más dura de la derecha diciendo que no negociaría la creación de un Estado palestino, lo que le habría rendido frutos entre los votantes.
Difíciles negociaciones. Pese al resultado, Netanyahu afronta duras negociaciones para formar una coalición. Herzog, jefe de la Unión Sionista de centroizquierda, aseguró que "todo sigue abierto" y que ya conversó con líderes de otros partidos de cara a un nuevo gobierno.
Netanyahu buscó ganar los votos de los ultranacionalistas en los últimos días de campaña, utilizando tácticas que podrían profundizar un enfrentamiento con la Casa Blanca, al menos mientras el presidente Barack Obama siga en el poder. Tras días en los que la Unión Sionista parecía encaminarse a derrotar al partido Likud de Netanyahu, las encuestas a boca de urna mostraron un empate entre ambos grupos. El primer ministro tendría el camino más fácil para formar un gabinete, lo que lo coloca en curso para convertirse en el líder de Israel con más años en el cargo.
La campaña de Netanyahu se centró en la amenaza del programa nuclear iraní y la propagación de los islamistas radicales. Pero muchos israelíes dijeron estar hartos de este mensaje y, como resultado, la campaña de centroizquierda se enfocó en temas socioeconómicos, especialmente en el alto costo de vida en Israel, lo que sumó apoyo entre los votantes.
Dos encuestas dadas a conocer por el Canal 10 y Canal 1 dijeron que el Likud y la Unión Sionista se habían asegurado 27 asientos cada uno en el Parlamento de 120 miembros, el Knesset. Canal 2 le dio una mínima ventaja a Netanyahu, con 28 escaños frente a 27 de la centroizquierda. "Contra todas las estadísticas: una gran victoria para Likud (...) una gran victoria para el pueblo de Israel", dijo el primer ministro en su cuenta de Twitter, y agregó que invitó a los partidos de derecha a sumarse a la formación de una coalición responsable. El actual jefe de gobierno besó varias veces a su esposa Sara y le agradeció por su apoyo.
En el tramo final de la campaña, los sondeos le daban a Unión Sionista una ventaja de 3 ó 4 asientos sobre Likud, un margen que parecía llevar a Herzog a una resonante victoria sobre el primer ministro.
Coalición. Un nuevo partido de centro liderado por el ex ministro de comunicaciones Moshe Kahlon podría tener la clave en las negociaciones. Luego de que terminaron las votaciones, dijo que no descartaba un pacto con Likud o la Unión Sionista.
Los sondeos a boca de urna dan a partidos de derecha y religiosos —los socios tradicionales de Netanyahu—, alrededor de 54 escaños, y 43 a los partidos de tendencia izquierdista, ambos números por debajo de la mayoría requerida para gobernar en el Parlamento de 120 asientos.
Ningún partido ha logrado nunca una mayoría absoluta en los 67 años de historia de Israel, por lo que la formación de una coalición es la norma.
Los Ahora podría tomar semanas para conformar un nuevo gobierno. Netanyahu se mantendrá como primer ministro hasta que asuma la nueva administración.
En los últimos días Netanyahu buscó movilizar a la base de su partido y atraer a la derecha, prometiendo la construcción de más asentamientos judíos. Esas promesas, de llevarse a cabo, aislarán aún más a Israel de Estados Unidos y la Unión Europea.
Hamas
La agrupación radical Hamas consideró que el presidente palestino Mahmud Abbas debería abandonar las negociaciones de paz con Israel. “Los resultados electorales deberían ser suficientes para convencer a la Autoridad Palestina y al partido Al Fatah de abandonar este diálogo absurdo”, señaló Ismail Radwan, dirigente de Hamas, en un comunicado.