Negocio que desacelera
El escenario no parece mucho más alentador de cara al futuro para los inversores del negocio. "Hay
exceso de ofertas de bodegas en el río, y un nivel de cargas que hace que el cumplimiento de
contratos de una rentabilidad negativa para los armadores", dijo el presidente de la Cámara Naviera
Argentina, Jorge Alvarez, quien advirtió que esto "conlleva un panorama incierto para la
supervivencia de algunas empresas".
El escenario no parece mucho más alentador de cara al futuro para los inversores
del negocio. "Hay exceso de ofertas de bodegas en el río, y un nivel de cargas que hace que el
cumplimiento de contratos de una rentabilidad negativa para los armadores", dijo el presidente de
la Cámara Naviera Argentina, Jorge Alvarez, quien advirtió que esto "conlleva un panorama incierto
para la supervivencia de algunas empresas".
El directivo de la entidad que agrupa a las empresas armadoras pidió que se
declare la emergencia fluvial para enfrentar la crisis que se cierne sobre un sector que involucra
una flota de 1.500 barcazas.
Consultado sobre la voluntad de algunas compañías de seguir invirtiendo en el
negocio barcacero Alvarez fue claro: "Los proyectos para fabricar barcazas en algunos casos siguen
porque en su mayoría son traídas del Mississippi y a esa flota habrá que renovarla por las
exigencias de seguridad. Además, para cubrir el crecimiento que se espera una vez superada la
crisis".
En ese punto, señaló que "la industria naval argentina va a tener que hacer un
aporte interesante".
Justamente ese es el protagonismo que reclaman los representantes de los
trabajadores. El secretario general de la Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval de
la Argentina (Fempinra), Cayo Ayala, dijo que "no todo es tan brillante" en el sector, como
explicaron los funcionarios de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables. "Teníamos un 45 por
ciento de la flota que era argentina y ahora ese nivel apenas alcanza el 5 por ciento", dijo el
sindicalista y aclaró que "esto no se compadece con la legítima aspiración que expresó (Ricardo)
Luján de que la industria nacional y los trabajadores seamos partícipes activos en el marco de un
plan maestro para el sector".
A su juicio, es clave rever la ley de marina mercante que fue modificada por el
decreto 1772/91 que según explicó crea una situación que perjudica el derecho de los trabajadores
porque admite la posibilidad de que se les aplique la ley de bandera de conveniencia y elimina la
obligatoriedad de la bandera nacional en los buques.
"Debemos pensar en una legislación que nos contenga a todos", dijo ante un
auditorio donde no faltaron armadores o propietarios quienes por una cuestión de costos se
ampararon en estos años en el decreto y matricularon sus buques en países que tenían menos
exigencias.
Aunque suele estar enfrentado en las mesas de negociación salarial con Ayala, el
presidente de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval, Horacio Tettamanti, coincidió con el
sindicalista. "El sistema de la hidrovía Paraná Paraguay es único y opera como vasos comunicantes",
dijo el empresario quien consideró que en los 90 se pretendió que cada sector (fletes, actividad
portuaria, puertos) actuara como un negocio independiente, algo que consideró "falso y nocivo".