Néstor Kirchner buscaba el final de un discurso caliente. El Luna Park, repleto con nueve mil
personas, era una hoguera. Y encontró el final del discurso en una frase que sintetiza como ninguna
otra su vinculación emocional y política con la generación de los 70: “Si muchos compañeros
no se rindieron ni bajaron sus convicciones cuando estuvieron solos, frente al verdugo, nosotros no
tenemos ningún derecho a abandonar nuestras convicciones”.
Kirchner fue el orador de cierre en la campaña porteña del Frente para la
Victoria, que tiene como candidato principal al banquero cooperativista Carlos Heller. Cuando
Kirchner se paró frente al micrófono, Heller le había dejado el ambiente caliente. Mientras los
peronistas hacían retumbar la marchita, los comunistas, socialistas, humanistas e intelectuales de
Carta Abierta, acompañaban con palmas. Fueron 7 minutos de puro canto, con Kirchner en silencio. La
comunión tantas veces soñada por cierta izquierda pero nunca lograda, la de juntar los dedos en V
con los puños izquierdos en alto, tuvo anoche su epifanía en el Luna Park.
El ex presidente evocó las elecciones de mayo del 73. Y les pidió a los
porteños que no repitan lo que sucedió “hace 36 años”, cuando la fórmula Cámpora-Solano
Lima ganó con el 50% en todo el país pero “perdió con De la Rúa en la ciudad de Buenos
Aires”, quien lograba la senaduría para la UCR.
Pero el oficialismo eligió castigar anoche a dos flancos, derecha e
izquierda. Y tal como había acentuado Heller en su discurso, Kirchner le dedicó largos párrafos a
los sectores de tradición progresistas que enfrentan al gobierno nacional “y le hacen el
juego a la derecha”. “La 125 debe ser una lección histórica”, dijo Lupo en clara
alusión a los legisladores de Pino Solanas que votaron contra resolución, alineados con la
oposición de centroderecha. Kircher los acusó de “vedetismo e individualismo, nosotros
hicimos lo que teníamos que hacer y dormimos tranquilos, ellos son los que no pueden dormir
tranquilos”.
Y remató: “Cristina no impulsó la 125 mirando las encuestas, lo
hizo mirando a la cara del pueblo argentino”.
En relación a la fallida resolución 125, Kirchner esbozó anoche una
autocrítica: “Fuimos voluntaristas en la construcción política”.