Hubo un tiempo en que la música pertenecía al individuo que la ejecutaba, siendo una expresión básica y natural que comunicaba estados de ánimo o motivaba a la danza. Poco tardó en hacerse grupal y encontrar formas e instrumentos que la hicieron crecer hasta niveles de virtuosismo increíbles pero que limitaron su disfrute. Poco a poco la música ganó en calidad y contenido pero sus destinatarios disminuyeron hasta el punto de convertirse en una elite. Durante varios siglos el arte musical no fue democrático, a Caruso, por ejemplo se lo podía escuchar sólo en los grandes teatros que de ninguna manera eran concebidos como masivos. Probablemente todo comenzó en el laboratorio de Tomas Alva Edison cuando en 1876 inventó el fonógrafo, un reproductor de sonidos previamente grabados que permitía almacenar en un cilindro partes de una opera o canciones que se podían escuchar muchas veces en cada casa. Luego, en 1890, vino el gramófono y los discos planos de Verliner. Ya en el siglo XIX, las victrolas y los tocadiscos dieron la posibilidad de escuchar a nivel popular toda la música. Cómo olvidar aquel Winco, un ícono de los años cincuenta que nos hizo bailar en los asaltos juveniles; fue cuando las primeras imágenes televisivas junto a la radio formaron ídolos y difundieron temas a nivel nacional e internacional. La música, por entonces, ya había dejado de ser para pocos. Los estilos y su evolución acompañaron también el proceso: jazz, tango, folclore, melódico, tropical y otros más efímeros. Aunque el juicio de valor sobre calidad o banalidad fuera motivo de diferencias no hubo demasiada rivalidad con la música clásica, sólo pacífica convivencia de gustos entre sectores sociales que, ampliados, podían optar libremente. Cabe destacar que existió cierta invasión cultural a través de la música y que el Estado no siempre tuvo cuidado en esta situación, defendiendo las expresiones nacionales. Finalmente, la electrónica en los últimos tiempos terminó brindando mayor masificación a través de aparatos accesibles como Walkman (1959), Reproductor de CD (1970), MP3- iPod (2001), o el iPhone (2007). Es curioso pero hoy todos ellos ya están obsoletos, porque ahora estamos viviendo el "streaming" la reproducción de archivos sin necesidad de descarga. En la actualidad millones de personas escuchan millones de temas sin tener un soporte, Mozart y Ricky Maravilla conviven en "la nube" y están a la orden de un click confirmando la premisa que la música entró finalmente en la categoría "para todos". Aunque es probable que la educación musical "de todos" sea una asignatura pendiente.
Omar Pérez Cantón
Carta al señor gobernador
Hace unos días me anoticié por los medios que usted propondrá una ley que prohíba el cobro de adicionales por parte de los médicos a los afiliados a obras sociales. Con el mayor de los respetos, le sugiero que averigüe el motivo de esta práctica, principalmente a los afiliados a Iapos, y que pregunte a los médicos que habitualmente vivimos de nuestro trabajo y no a las instituciones que dicen representarnos. Para ser claro: si le interesa saber qué pasa verdaderamente en nuestro sistema de salud provincial, no les crea a las supuestas autoridades y comuníquese con los médicos que trabajamos como médicos y no a burócratas que hacen sus negocios. Con mucho respeto, lo saluda muy atentamente.
Guillermo Federico Recagno
DNI 11.272.220
Médico neurocirujano, miembro del Colegio Argentino de Neurocirugía y miembro titular de la Asociación Argentina de Neurocirugía
Ruidos molestos y una tragedia inminente
Para los vecinos de bulevar Oroño y Salta es imposible dormir de jueves a domingos por culpa de los boliches ubicados en la zona. No sólo tenemos que soportar constantemente durante toda la noche los gritos de los jóvenes y los autos con la música altísima, sino que ahora también corren picadas con la onda verde de los semáforos de Oroño y Salta. No se ve un solo efectivo controlando la zona. ¿Acaso esperan a que haya una tragedia para poner policías o controles de alcoholemia? ¿Es correcto que haya en un radio de dos cuadras tres boliches en plena zona residencial? Espero, por favor, que publiquen este pedido para alertar a las autoridades y evitar una tragedia. Estoy cansado de decirle a la comisaría de la zona que haga algo y su respuesta constante es que no están cometiendo ningún delito, y el delito es alterar el orden público con gritos de los jóvenes ebrios, autos con música fortísima y caños de escape rotos, y corriendo picadas. Por favor, uso este medio para que lo difundan y evitar una tragedia inminente.
Manuel Villagra
El temor a ser vencido
Según José Martí "triste es no tener amigos, pero más triste resulta no tener enemigos". Comienza el fútbol renovando otra de las pasiones argentinas enmarcada, al igual que en la política, en la necesidad de tener enemigos, o como sucede cíclicamente en ambos ejemplos, reflotar hasta límites desagradables los antagonismos, actitud fatal y decadente. La participación humana en ambos casos incluye individuos con sentimientos desbordados ya por el fanatismo, o el mercantilismo, sepultando la inteligente convivencia en la idiotez de su propio interés o acomplejado desconcierto. El problema neuronal para quienes en su inmadurez trasforman una competencia en un caso de vida o muerte, resulta de sus propias limitaciones que no aceptan cotejar y compararse para saber apreciar diferencias o semejanzas, acudiendo a la simpleza de la negación o la deseada eliminación del otro. "No existís... no existís", canto preferido de las hinchadas y manifiesto deseo de todo político lanzado a sus circunstanciales adversarios en campaña proselitista. Resulta un total contrasentido negar la existencia o menoscabar la capacidad del otro, ya que, de ser así, vencerlo no implica mérito alguno. La real hipótesis para esta clase de individuos, casi resentidos sociales, trasciende la simple idea de perder y es más agudo aún, ya que el temor a ser superado no se vincula a un mero resultado, sino a una inferioridad más global, relacionada a un conflicto o complejo personal de poder ser, creyendo encontrar en la negación o el desprecio del otro el camino más fácil, intentando resolver su propio complejo, y que en definitiva no lo resuelve. Según Víctor Welhs, "cuando se intenta borrar al otro resulta ser, exclusivamente, por esa sensación que genera el temor a ser vencido".
Norberto ivaldi
Una doctrina arcaica para el siglo XXI
Es inconcebible el grado de incultura y de malicia que prima en una gran parte de nuestra sociedad. La mirada se posa sobre sectores que usan a la política como un medio de destrucción ante el discurso de alguien que trata de reparar el atraso de un país, luego de siete décadas de probar con todo tipo de esquemas económicos, que entre avances y retrocesos nos han mostrado lo que hoy podemos ver. Un tercio de los habitantes de la República sobreviviendo a costilla de lo que producen los otros dos tercios salvajemente acosados por impuestos. Inseguridad extrema, asesinatos, corrupción en las altas esferas del poder que aún no se castiga, deuda externa en un país que desde siempre debió ser acreedor por los frutos naturales que posee entre sus límites. Es decir caos y más caos es lo que se advierte por todas partes. Ahora bien, cuando a estos seres irracionales se les habla de comenzar a poner en práctica los buenos modales, el trabajo, el esfuerzo y la coherencia para lograr un futuro que coincida con este siglo XXI, tan pleno de tecnología y progreso, ellos no aceptan en absoluto tales propuestas y continúan con su mecanismo mesiánico de poner palos en la rueda. La democracia evidentemente no les cae bien, ya que en toda compulsa electoral sus votos siempre resultan muy escasos. Tal es así que siendo tan pocos, igual se muestran fragmentados. "Sólo sirven para pergeñar intelectualmente sociedades evolucionadas entre las cuatro paredes de un bar".
Felipe Demauro
Ladran Sancho
Toda vez que llegue a nuestros oídos la verborragia de Hebe de Bonafini, u otros de sus afines, o la agresión verbal o física planificada –sólo los ingenuos pueden pensar que son espontáneas– hacia quienes hoy gobiernan, debemos recordar la cita de Cervantes: "Ladran Sancho, señal que cabalgamos". Será porque sienten el galope de una alternativa distinta y superadora de la forma de administrar el país –con eficiencia y prácticas democráticas; sin corrupción e incapacidad; sin protección a las mafias y narcos, ni a jueces que les devuelven favores–, con la potencia de un cambio factible que elimine sus expectativas de "volver" para seguir lucrando con las necesidades de pobres e indigentes mediante actos de corrupción, desborde de las instituciones y violación de toda norma moral. Sus bolsillos sólo saben llenarse con la riqueza producida por el trabajo honrado de toda una sociedad, con excepción de ellos que no trabajan porque su tiempo y esfuerzos están volcados a delinquir a través del Estado.
Emilio Zuccalá
¿Aveniza Sabin o Alfonso Corazzi?
Hace ya cuatro años que se dispuso que la avenida Sabin reemplaza el nombre de Alfonso Corazzi y de ex Travesía, desde Avellaneda a Genova, donde la avenida pasa por el medio y en ese lugar la colectora sí es Corazzi. Los medios de comunicación informan Travesía, es increíble. Por favor, que Catastro utilice la nomenclatura correcta en los semáforos de cada calle, ya que es un problema cuando uno requiere un médico a domicilio o hace una llamada al 911.
Federico Wacker
DNI 17.026.130