Unas pocas palabras en Facebook bastaron para que más de cien personas se acercaran ayer hasta Mundo Aparte, el centro de rehabilitación para fauna silvestre que desde hace doce años funciona como refugio para animales en el distrito norte. Su mentora, la última directora del zoológico, María Ester Linaro, se mostró sorprendida por la respuesta a la convocatoria y prometió repetir la experiencia todos los segundos domingos del mes. En el lugar viven leones, monos, un puma, un jabalí, coatíes, zorros y aves rapaces. "Algunos de los pájaros llegan heridos y cuando se curan levantan vuelo, pero no se olvidan del lugar que por un tiempo les sirvió de hogar", cuenta Linaro, y regresan cada tanto en busca del alimento que se les deja escondido entre la tupida arboleda del predio.
Linaro, a quien todos conocen como Beba, se hizo conocida en la ciudad al resistir el desmantelamiento del zoológico del parque Independencia en 1997. No porque estuviera de acuerdo con la reclusión de los animales sino por oponerse a la forma en que se resolvió el cierre y el destino alternativo para los animales que aún vivían en el lugar.
Pocos años después, en 2001, Linaro comenzó con el proyecto de Mundo Aparte al recibir en donación animales silvestres que venían de situaciones de maltrato y abandono, incluso paradójicamente algunos de los que habían pertenecido al zoológico.
Defender la vida silvestre, proteger a los animales en peligro, denunciar la injusticia ecológica y contribuir a una mayor conciencia ambiental son algunos de los objetivos que animaron la creación de Mundo Aparte, que se sostiene básicamente a pulmón y gracias al trabajo de la organización no gubernamental Asociación Identidad Ecológica.
Hasta hace cinco años el predio, de dos hectáreas, ubicado en Sorrento 1595, ofrecía visitas guiadas todos los domingos. Luego sólo reabrió sus puertas durante lapsos muy acotados, pero ahora nuevamente será posible recorrerlo.
Se trata de un espacio verde muy forestado (con timbós, ombúes, palos borrachos, algarrobos, palos blancos, sauces, ambays) donde los hábitats de los distintos animales se delimitan mediante "barreras vegetales".
Allí viven 25 animales hermosos que fueron esclavizados, maltratados y mutilados, y que tuvieron la fortuna de ser rescatados por Mundo Aparte, donde con mucho esfuerzo, paciencia y amor lograron recuperarse. Entre ellos figura una pareja de leones, un puma, un jabalí, zorritos, coatíes, monos caí y carayá, y varias especies de pájaros.
Para conocerlos habrá que llegar hasta Mundo Aparte el segundo domingo de mayo. Y con el respeto y la tranquilidad que inspira el lugar, junto a los voluntarios, recorrer la pequeña foresta que les sirve de hogar.