En la Escuela Técnica Nº 407 "Pocho Lepratti" de barrio Las Flores trabaja Hugo Ríos, profesor de geografía y ciencias sociales. Es docente desde 2006, da clases en este establecimiento desde 2009 y además lo hace en Villa Gobernador Gálvez. El edificio actual se inauguró a finales de 2014, por eso cuenta que "la escuela técnica funcionaba en la ARA General Belgrano y la escuela media funcionaba en la (José) Serrano". "En ese momento trabajaba en las dos instituciones e iba caminando de una escuela a la otra", rememora y cuenta que, en uno de sus viajes, entre un centro y el otro, quedó en el medio de un tiroteo. Otra de sus experiencias más tristes fue cuando un alumno suyo, que cursaba quinto año, fue ultimado de ocho balazos.
De todos modos Hugo, que cuenta con su familia viviendo "cerca de la escuela", afirma que "hay un nivel de estigmatización del barrio Las Flores que cualquier hecho que sucede en el barrio se lo vincula a la delincuencia, cuando en realidad hay cosas lindas que suceden en el barrio y no se muestran".
Su elección viene desde la vocación, pero también desde el compromiso que tiene con la educación pública: "Creo profundamente en ella y que a través de la educación uno puede transmitir un montón de cuestiones que tienen que ver con el futuro del barrio, de la ciudad, de la patria. Uno lleva esto como vocación, pero también como trabajo. Yo me reivindico como un trabajador de la educación y estoy profundamente comprometido con la educación pública y con la historia de los barrios donde elijo estar trabajando".
Afirma que "en estos lugares es donde más tiene que funcionar la educación pública". "Me parece que la educación tiene un grado importante de politicidad que hace que estemos trabajando acá con estos chicos que viven, generalmente, en condiciones de vulnerabilidad y abandono por parte del Estado", agrega.
"Estos pibes son iguales que los del resto de la ciudad, salvo que están atravesados por la ausencia de políticas públicas. Trabajar con ellos es un lindo desafío porque es lindo brindarles una palabra, una cuestión afectiva que a veces está un poco ausente en su vida cotidiana", asume.
Experiencias. Hugo sabe que los docentes, en estos casos, no están solamente para enseñar: se atribuyen tareas que van más al fondo que la mera relación alumno-docente. "Con muchos chicos no sólo compartimos el transcurso de la edad escolar, sino que también compartimos otras cosas; y más al estar en el barrio", aclara, a lo que le suma: "Lo mejor que uno puede hacer con los chicos de este barrio es tratarlos bien, explicarles que uno está acá para brindarles una posibilidad. Que el objetivo es que ellos logren aprender los contenidos pero también que logremos tener una convivencia".
"Ellos también tienen vivencias y cuestiones que nos pueden enseñar a nosotros. Ellos y nosotros, en un buen ambiente, podemos aprender", concluye.