El jefe del Ejército, César Milani, rechazó ayer las acusaciones del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) sobre irregularidades en una causa que lo investiga en La Rioja, al tiempo que se quejó de "las sospechas infundadas que se pretenden instalar mediáticamente".
El militar rechazó las expresiones del informe del centro que preside el periodista Horacio Verbitsky, sobre la causa en la que lo relacionan al secuestro y las torturas a Pedro Adán y Ramón Alfredo Olivera.
El Cels advirtió sobre "graves irregularidades" en ese proceso, luego de que el fiscal Michel Horacio Salman pidiera cerrar la investigación.
En ese sentido, Milani sostuvo que él mismo denunció "las graves irregularidades cometidas en la causa judicial, desde su inicio en julio de 2013" y que también "tuvieron como protagonistas a Ramón Alfredo Olivera y a los fiscales Marta Elena Kunath (subrogante) y Darío Edgar Illanes".
"Me presenté voluntariamente por escrito, en forma personal y a través del defensor oficial, en varias oportunidades ante el fiscal Illanes, pero contrariamente a lo que afirma el Cels, no pude ejercer de manera real y efectiva el derecho de defensa en juicio. Sistemáticamente, mis presentaciones fueron ignoradas por el fiscal Darío Illanes, quien no proveyó favorablemente ni siquiera un simple pedido de fotocopias de la causa", planteó. Milani señaló que Illanes, "de probados pero no aclarados contactos con el senador nacional por la provincia de Córdoba, Luis Juez, se apartó de la causa recién en el mes de febrero de este año y no en el mes de diciembre del año pasado como erróneamente señaló Vertbitsky en el comunicado del Cels".
Sostuvo que el fiscal general Salman, "luego de analizar las 1.600 fojas del expediente y la documentación reservada, acompañó el planteo de nulidad y excepción por atipicidad manifiesta realizado por el defensor oficial, Eduardo Narbona".
Infundadamente. El jefe del Ejército aseguró que Narbona concluyó entonces que Olivera y los fiscales Kunath e Illanes lo "acusaron infundadamente", "se comportaron con arbitrariedad manifiesta", lesionando "las garantías constitucionales del debido proceso. Se probó que cuando ocurrieron los hechos contaba con 21 años de edad y que el día 12 de marzo de 1977 no estaba a cargo, ni pude haber participado, del procedimiento que concluyó con la detención del señor Pedro Adán Olivera (padre del denunciante)", resaltó Milani.
Y agregó: "(Se probó) que no incurrí en el delito de privación ilegítima de la libertad al haber acompañado a la policía provincial en los traslados de presos políticos, desde la cárcel de La Rioja hasta el juzgado federal, puesto que no contaba con ningún elemento objetivo que me hiciera pensar que las órdenes de traslado impartidas por un juez federal de la Nación en realidad estaban viciadas de ilegalidad, como se determinó treinta años más tarde".
A la vez, Milani indicó que "el traslado de Olivera fue dispuesto en el marco de una causa judicial iniciada en 1975, a partir de la cual resultó posteriormente condenado".