Hoy goza de un presente esperanzador mientras pedalea con alma y vida tres veces por semana en la pista del renovado estadio municipal Jorge Newbery. En el triciclo encontró esa llama de felicidad y tenacidad que necesitaba para continuar progresando en el día a día.
“Andar en bici es mi pasión”
“Andar en bici empezó siendo un divertimento Lo hacía para salir de la rutina que era todo el día estar en la escuela o en distintas terapias. Después comenzó a gustarme más y empecé a competir. Andar es mi pasión”, confió con una tierna sonrisa Giovanna Loiudice, quien vive en Córdoba al 6000, entre los barrios Ludueña y Belgrano.
Aunque no todo es color de rosa para ella. “A veces me agarra que no quiero entrenar, pero rápidamente me pongo las pilas y salgo”, acotó con sinceridad. Desde hace un tiempo, la joven representa al país en torneos internacionales.
“Haber ganado dos medallas y viajado afuera, fue algo liberador, algo de otro mundo”, sostuvo. No es para menos. En los Panamericanos de paraciclismo en Maringá, Brasil 2022, se bañó en oro, siendo además la primera mujer argentina en competir. Hace poco, regresó de otra gira internacional que abarcó competencias en Bélgica y Alemania.
Giovanna se muestra como una joven pujante. Con una fuerza interior arrolladora. Pese a que corre con un triciclo de más de 40 kilos (uno para su categoría oscila los dos kilos), ella mira hacia adelante con esperanza. ”Mi sueño es seguir andando, disfrutando y trabajando por mi discapacidad”, remarcó a modo de cierre esta gran embajadora rosarina y sinónimo de resiliencia.
No corre, vuela
Esta rosarina es una ciclista adaptada, compite en categoría triciclo y ahora suma a sus logros ser la primera mujer argentina en participar en un Panamericano. “Ella sueña con dedicarse a esto. De poder contarle a otros chicos lo que hace. La ida a Europa la incentivó a estudiar inglés. Le despertó el gigante que todos tenemos adentro”, contó a su turno su madre, Sandra Atencio.
“Giovanna está despertando potencial. Como mamá me siento orgullosa, pero más feliz porque veo que puede lograr tener las posibilidades que todos tenemos, y que depende de cada uno”, acotó.
Sandra confesó que “en diciembre pasado falleció el papá de Giovanna y ahora se nos hace cuesta arriba afrontar los gastos. Sobre todo porque recién pude lograr que se jubile, pero todavía no entró su pensión, que será para Gio. Es un tiempo prolongado realmente y eso me está complicando en todo sentido porque el dinero que me pasaba de mantención iba destinado a los tratamientos extras. No estoy teniendo ese dinero y es algo preocupante”.
Atencio destacó que “Giovanna entrenaba en las ciclovías del barrio pero cada dos cuadras tenía que frenar por los semáforos. Si hace fuerza no puede hacer velocidad, y como estoy pasando por un momento complejo y no puedo pagar todos los días las clases de un profesor, el secretario de Deporte y Turismo, Adrián Ghiglione nos dio el espacio en el estadio municipal Jorge Newbery para entrenar y un lugar para que guarde el triciclo”.
“Giovanna funciona con un 25 por ciento del cerebro, pero gracias a la estimulación todavía no tiene un techo y puede seguir progresando”, puntualizó Sandra. “Tuvo su primer contacto con el triciclo mientras hacía rehabilitación. A la mañana iba al colegio y a la tarde, de 14 a 18, a terapia y luego a natación hasta las 20. Como se estaba estresando mucho, buscamos algo que la siguiera ayudando físicamente y fuera distendiendo a la vez. Fue así que apareció lo de la tricicleta”.
Y agregó: “Comenzó haciendo 10 cuadras, luego 20 y así cada vez más hasta que se aburrió, por lo cual su entonces profesor Cristian la anotó en 2018 en una carrera inclusiva en las Altas Cumbres (Córdoba) donde salió quinta. De ahí, fue como que se enamoró más de la bici e incluso me dijo que nunca más iba a salir quinta. Y nunca más salió quinta. Siempre está entre los primeros”.
Luego Sandra comentó que “empezó a tener torneos en diversas provincias hasta que terminó compitiendo con hombres, con la desigualdad que eso representa, por la fuerza y la misma condición. Es que en el país no hay mujeres al nivel de Giovanna. Así y todo, ganó varios nacionales y en 2020 salió primera en la Vuelta de San Juan corriendo con hombres”.
Después de los Juegos Paralímpicos de Tokio fue citada por el técnico de la selección nacional, Martín Ferrari, de cara a la preparación para París 2024. En marzo pasado fue convocada al Panamericano que se hizo en Maringá, Brasil, estado de Paraná, donde corriendo con hombres ganó dos medallas de oro: ruta y pista, que es lo que corren los triciclos.
Mientras que en mayo fue con la selección nacional al Premundial de la Unión Europea, que se realizó en Bélgica y Alemania. “Quedó como la quinta corredora mujer del mundo y primera en su categoría”, contó orgullosa su madre.
“En la segunda carrera, que fue de pista, le prestaron un triciclo de un kilo y medio. Ni bien dio dos pedaleadas se cayó porque hizo mucha fuerza debido a que está acostumbrada al suyo (pesa 40 kilos). Después corrió y le sacó una vuelta y 15 minutos al resto. Asustó a los presentes porque no podían creer el potencial que tiene. Además, ahí estaban las mejores del mundo”.
“Incluso la número 1 del mundo, que tiene 37 años y hace 18 se dedica a competir, le pidió una foto porque le dijo que ella le iba a quitar el puesto. Así y todo, Gio no toma dimensión de todo. Ella solo quiere tener la sensación de libertad que le da la bicicleta y el placer que tiene de ser libre. Eso nos llena el alma”, desprendió con lágrimas.
En Alemania sucedió un hecho particular. “Tuvo que subir montañas con su triciclo de 40 kilos sosteniendo el tiempo que había hecho con el de un kilo y medio. El profe le decía que parara porque no iba a poder hacerlo, que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano. Sin embargo, ella lo miró y le dijo que no, que iba a seguir porque había ido para eso. Y lo logró”, describió Sandra. “Es una leona. Terminó la secundaria y va por más”, cerró envuelta en emoción.
Terapeuta y entrenador
Cristian Cardozo es terapeuta y entrenó a Giovanna durante los últimos cinco años. “El progreso que tuvo fue inexplicable porque científicamente hablando no podría estar como está, tras el accidente que tuvo a los nueve años. Después del tratamiento largo, muchas terapias, que aún hoy en día continúa, llegó al mundo de la bicicleta para salir un poco de lo cotidiano y encontró en esto algo que no imaginamos y es que es su libertad”, contó.
“Al no tener estabilidad por su discapacidad debe entrenar con una tricicleta, que fabricamos con el kinesiólogo Gonzalo Serrano. La verdad es que tuvimos la fortuna de probarla en la Vuelta de San Juan en 2019. Salió primera en su categoría y segunda en la general en el autódromo El Villucum”, describió.
Cristian además dijo que “por los promedios que tuvo en 2018 y 2019 tuvo la posibilidad de viajar a los Panamericanos que se hicieron este año en Brasil, donde conquistó dos medallas de oro en su categoría. Después de eso participó de una competencia en Bélgica y Alemania, donde salió cuarta y quinta, y le dio el puntaje para estar en el primer puesto del ranking mundial”.
“Necesita cambiar la bici porque tiene una de acero cromo y está hecha de manera argentina, es decir, muy artesanal y por eso pesa casi 40 kilos cuando una de competición no llega a los dos kilos”, puntualizó.
“Ella dice que la bici le da la posibilidad de hacer algo que es inimaginable. Sobre todo en la sociedad en la que nos movemos. Para Gio la bici es libertad, la chance de dar un ejemplo a las demás personas que tienen una discapacidad porque ella no nació así. Quiere ayudar desde su lugar, y lo está logrando de una manera conmovedora”, concluyó Cardozo.