Messi y el 1-1 a los 30’. Enseguida, Messi y 2-1. Cerca del final, Messi y 4-3. Triplete del mejor y triunfo de Argentina. Nada menos que ante Brasil. En un amistoso, pero con el valor que da siempre vencer al gran rival. Crack. Qué duda queda.
Messi y el 1-1 a los 30’. Enseguida, Messi y 2-1. Cerca del final, Messi y 4-3. Triplete del mejor y triunfo de Argentina. Nada menos que ante Brasil. En un amistoso, pero con el valor que da siempre vencer al gran rival. Crack. Qué duda queda.
Jugar con el extraordinario Lionel Messi es un plus de ventaja trascendente. Y más cuando está encendido. Y que esto suceda cuando luce la camiseta albiceleste de la selección es para disfrutar al máximo, como pudieron hacerlo los argentinos en Nueva Yersey y los que miraron el partido por TV.
El rosarino brilló en un partido en el que se vieron muchas fallas, que del lado argentino volvieron a aparecer en la zona defensiva. Claro, después la pelota viaja a los pies de Lionel y todo cambia.
El primer período tuvo un comienzo dominador de Brasil. Neymar se hizo incontenible y se vistió de asistidor para las entradas de Hulk y Damiao, pero Romero estaba firme en el arco argentino.
Hasta que a los 22’ Neymar ejecutó un tiro libre y ante una estática defensa argentina, Rómulo apareció en el centro, con un pie adelantado, y abrió la cuenta para los brasileños.
Pero bastó que apareciera Messi para desnudar también los problemas defensivos del rival y alcanzar rápido el empate. Minuto 30, en una réplica de un ataque brasileño, Higuaín habilitó en profundidad entre los centrales a Messi, para que definiera al palo derecho de Rafael.
Cuatro minutos pasaron y Argentina se puso 2-1. Esta vez el asistidor fue Di María y el crack de Barcelona eludió al arquero y tocó suave al gol.
En el segundo episodio la dinámica continuó. A los 51’ Hulk avisó y a los 55’ llegó la igualdad con una genialidad de Oscar, quien definió sobre Romero tras una pared en el área con Damiao. Con el 2-2 Brasil continuó yendo y Argentina no pudo tener la pelota. Por esa razón no extrañó la tercera conquista rival a los 71’, cuando a Romero se le escapó una pelota en un córner y Hulk aprovechó.
Claro, Argentina tiene a Messi y con él a todas las esperanzas. Aunque la tranquilidad llegó con un cabezazo de Federico Fernández tras un córner a los 75’, para un 3-3 que acomodaba el resultado.
Quedaban veinticinco minutos y Lionel estaba en la cancha. Cómo para no ilusionar.
Y el broche de oro se dio a los 84’ con una genialidad del mejor del mundo, que tomó la pelota en mitad de cancha, por derecha, y encaró en diagonal hacia la medialuna imparable para sus rivales. Ahí sacó un certero remate que se metió en el ángulo superior derecho.
Como para gritarlo con todo. Era el triunfo por 4 a 3 ante Brasil. En un amistoso. Sí, pero siempre es importante ganarle al gran rival. Y que bueno es hacerlo con la magia de la estrella argentina y mundial, de la mano de Lionel Messi.
Por Tomás Barrandeguy
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