La canciller Angela Merkel alcanzó el cénit del poder al cosechar su Unión Cristianodemócrata (CDU) un éxito aplastante y cercano a la mayoría absoluta en las elecciones alemanas, que le asegura un tercer mandato hasta 2017. Merkel gobierna en forma continuada desde 2005.
Los democristianos de Merkel obtuvieron un 41,5 por ciento de los votos, ocho puntos más que en 2009 (33,8 por ciento) y su mejor resultado desde la reunificación alemana en 1990. Quedaron a unos pocos escaños de la mayoría absoluta, por lo que se verán forzados a abrir una mesa de negociación en busca de un socio de coalición, entre los cuales figuran sus adversarios electorales mayores, los socialdemócratas del SPD y Los Verdes.
La rama bávara de la CDU, la Unión Socialcristiana, se negó de plano a negociar con Los Verdes, según trascendió de círculos del partido, con lo que cobra más cuerpo la opción de una "gran coalición" con los socialdemócratas, como la que ya dirigió Merkel entre 2005 y 2009.
Unos de los grandes perdedores de la jornada electoral fueron los liberales del FDP, el socio menor de la coalición de Merkel, que sufrieron un debacle y quedaban por primera vez fuera del Parlamento, con 4,8 por ciento de votos, algo por debajo del umbral del 5 por ciento que permite tener representación parlamentaria. Un gran éxito celebraron, en cambio, los euroescépticos de Alternativa para Alemania (AfD), que con tan solo unos pocos meses de vida lograron 4,7 por ciento, a escasas décimas del decisivo 5 por ciento y han dado voz al descontento con los dineros públicos destinados a los rescates de países europeos.
"Hoy podemos celebrar un resultado extraordinario. Trabajaremos con responsabilidad para tener otros cuatro años exitosos en Alemania", celebró Merkel tras recibir un renovado voto de confianza de los electores, satisfechos con la bonanza económica que impera en Alemania y la gestión de la crisis europea. Merkel es la única jefa de gobierno europea que gana unas elecciones en tiempos de crisis y la única que sobrevive de los jefes de gobierno europeo anteriores a la crisis que estalló en 2008.
El éxito abrumador de Merkel contrasta no sólo con la derrota de los liberales, sino con el pálido desempeño de los socialdemócratas. El SPD logró un 25,7 por ciento, el segundo peor resultado desde la 2ª Guerra Mundial. Sus aliados Los Verdes cedieron más de dos puntos, cayendo a cerca del 8,3 por ciento. "Naturalmente que estamos decepcionados. Pero el SPD no va a participar en especulaciones sobre posibles coaliciones de gobierno. La pelota está en el campo de la señora Merkel, es ella quien tiene que buscar mayoría", declaró Peer Steimbruck, el candidato socialdemócrata, que descartó integrarse a un gobierno de Merkel, pese a que fue su ministro de Finanzas en 2005. "Queríamos desalojar a Merkel y no lo logramos", admitió a su vez el candidato verde Jürgen Trittin. Tanto socialdemócratas como verdes reiteraron que no están dispuestos a formar coalición con La Izquierda, agrupación radical que reunió un 8,6 por ciento pero perdió más de tres puntos respecto a 2009.
Gran popularidad. Merkel, de 59 años, encara así un tercer mandato, después de regir los destinos de Alemania al mando de una "gran coalición" entre 2005 y 2009 y los últimos cuatro años en alianza con el Partido Liberal. El instituto demoscópico Forschungsgruppe Wahlen atribuyó el éxito de la CDU a la gran popularidad personal de Merkel, la mayor desde 1990, cuando su mentor Helmut Kohl guió la histórica reunificación de Alemania. Merkel goza del apoyo del electorado por encima de las fronteras partidarias: el 80 por ciento dice que hace un buen trabajo. Además, los alemanes creen que están mejor que en 2009, a pesar de la eurocrisis.