La movida solidaria que la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de
Rosario (UNR) encabezó en enero a favor de Haití culminó ayer, cuando cinco mil litros de agua
mineral y 500 kilos de leche en polvo partieron en un camión que Gendarmería trasladará hasta el
puerto de Buenos Aires. Desde allí la carga viajará en barco hasta la isla devastada por el sismo
del pasado 12 de enero. Autoridades y voluntarios agradecieron la colaboración con un acto que
fusionó emoción con un repaso estricto de la ayuda recibida.
"Esta carga de leche y agua se despacha hoy, cinco meses después del terremoto,
porque dependíamos del turno que nos asignaron los Cascos Blancos, es un trámite muy engorroso del
que participaron más de 50 personas para generar los expedientes de salida del país", detalló el
secretario General de la Facultad de Medicina, Marcelo Petrich. Y dijo que ahora la mayor
preocupación es rendir cuenta de la generosidad de los rosarinos que se sintieron convocados a
participar.
"Queremos colectivizar el balance, porque la solidaridad la generamos entre
todos", aseguró Petrich. Además de los alimentos enviados ayer, la ayuda incluyó: vivienda para 8
estudiantes haitianos y un reparto semanal de seis mil kilos de alimentos para otros 30. A esto se
agregan un fondo de 84 mil pesos, 72 mil de un festival de música y 12 mil aportados en una cuenta
bancaria.
También se logró la gratuidad de 45 traducciones para trámites imprescindibles
para los jóvenes haitianos que están en Rosario, que compartirán con tres centros comunitarios de
Rosario la ropa que les fue donada. Según Petrich, el dinero se destinará a equipamiento e insumos
del hospital que el Ejército Argentino tiene en la isla caribeña.
Las donaciones fueron fruto de la campaña "Todos por Haití", que ayer se cerró
con un acto de reconocimiento a la participación de artistas, voluntarios y contribuyentes. "Todos
hicieron posible este proceso, demostrando que la solidaridad se contagia", explicó Petrich,
apelando al más que connotado lema con el que encabezaron las tareas.
Voluntarios. Además de ayuda material, "Todos por Haití" dejó en pie un comité
de contingencia para catástrofes y desastres naturales. Se trata de 50 de los 200 voluntarios que
arrancaron en enero y que optaron por profundizar la opción comunitaria.
"Se reúnen dos veces por semana. Son médicos, bioquímicos y enfermeros que se
están capacitando para intervenir ante cualquier emergencia, tanto acá como en cualquier parte del
país", explicó Guillermo Bill, coordinador de actividades de la Secretaría General. Si todo marcha
con viento a favor, en septiembre el grupo debutaría en Haití con un viaje solidario.
Wilword Jean y Rachel Rosambert forman parte de los 30 haitianos que estudian
medicina en la UNR y presiden la asociación que nuclea a los 90 jóvenes de ese país que residen en
Rosario. Ayer, frente al trajinar de los gendarmes, la emoción los excedía porque se materializaba
la ayuda que hubieran querido hacer llegar a su país desde el primer momento de la catástrofe.
Especial."Es una alegría enorme, veníamos sufriendo por los problemas que había
para concretar este envío", explicaron a La Capital y dijeron que ayer fue un día especial que no
borrarán de su memoria. "Haití sigue sufriendo, saldrá adelante pero costará", dijeron los
estudiantes sin pasar por alto las imágenes de las donaciones tiradas desde un helicóptero. "Era
como para que se maten entre ellos por la comida", dijeron y cuestionaron la formó en que Estados
Unidos coptó el salvataje.
"Es imposible pensar la construcción de ciudadanía sin la solidaridad, estamos
muy agradecidos a quienes colaboraron", aseguró Gastón Giménez, estudiante y docente de Medicina.
Rodrigo Zacarías, médico y músico, también fue de la partida. "Me anoté para Cascos Blancos, no
pude ir pero organizamos con otras 22 bandas locales un festival solidario", explicó. Y puso un
broche para tanta satisfacción compartida: "Ayudar gratifica".
25.000
personas se sumaron a la cruzada solidaria por Haití impulsada por Medicina.