Corre 1954. Un asesino se escapa de la prisión y un detective del FBI sale tras
suyo. Las primeras averiguaciones dicen que el criminal se esconde en una tenebrosa isla de la
costa este, donde está radicado un hospital psiquiátrico con los enfermos mentales más peligrosos
de Estados Unidos. Allí desembarca el agente Teddy Daniels sin saber que se topará con los
fantasmas de su propia mente. Sobre ese difícil personaje; "La isla siniestra", el filme que lo
contiene y que se estrenó ayer en Rosario; la relación con su director, Martin Scorsese; y los
parches de nicotina habló Leonardo DiCaprio en una fría tarde de Nueva York. En medio de risas y
luciendo los kilos de más que ya son parte de su estampa, el actor definió su último trabajo:
"Podemos hablar de un sufrimiento feliz".
"Enseguida me emocionó la travesía de este hombre que poco a poco va
descubriendo su propia verdad, sus propios traumas del pasado, en esa misteriosa isla. Realmente
recorre un largo camino hasta descubrir quién es", dijo el intérprete del joven Jack en 1997 para
la exitosísima "Titanic". Y continuó: "Hasta que no estuvimos en el set y rodamos muchas de las
escenas no había entendido de una forma profunda qué está pasando por su cabeza y cómo se
estructura la historia".
La referencia es a la estructura del relato, a la que DiCaprio asoció con "una
especie de puzzle". Así, "cada pieza debe encajar de una forma perfecta, no puede fallar nada
porque si no todo se cae", explicó para agregar: "Es un filme con muchas capas, que se adentra cada
vez más profundo. Me preocupaba que mi actuación fuera testamento del brillante guión original. Al
final, fue una gran sorpresa lo lejos que llegamos, la historia nos llevó a sitios que no
preveíamos".
La labor en el set. El personaje de Daniels se suma a la galería que el actor ha
construido a lo largo de su carrera. Hoy, con 35 años y convertido en una de las estrellas más
convocantes de Hollywood, recordó la forma en la que entendió realmente cuál era su trabajo. Fue en
1993 cuando filmó "Mi vida como hijo" bajo las órdenes del director Michael Caton Jones: "Yo era un
muchacho de 19 años que no sabía comportarse en un set y la calidad de mi actuación dependía
demasiado de mi estado de ánimo. Y él me dijo: «Mirá, una cosa es el dolor o la angustia que puedas
sentir ahora, y otra una película. Porque ese dolor pasará, pero la película permanecerá por
siempre. ¡Así que deja de hacer tonterías!»".
Ha pasado mucha agua bajo el puente y después de experiencias como "¿A quién ama
Gilbert Grape?" (1993), "Romeo y Julieta" (1996), "El hombre de la máscara de hierro" (1998) y "La
playa" (2000), sin nombrar sus trabajos con Scorsese, el intérprete destacó su labor para "La isla
siniestra". Afirmó que no fue "una experiencia difícil" pero indicó que "es uno de los personajes
que más he trabajado. Podemos hablar de un sufrimiento feliz, porque desde luego ha requerido de mi
parte un enorme grado de concentración. Cada escena funciona en múltiples niveles, lo que convierte
el proceso en algo interesante y fascinante".
Colaboración. DiCaprio pintaba para eterno galán hasta que en 2002 Scorsese se
cruzó en su camino. Desde entonces ambos mantienen una cercana colaboración. Luego de "Pandillas de
Nueva York", ambos hicieron "El aviador" (2004) y "Los infiltrados" (2006). El actor no ahorró
adjetivos cuando se le preguntó sobre el director de "Taxi Driver", "Toro salvaje" y "Buenos
muchachos", entre otras. "Para mí es muy simple. Creo que es el mejor director de nuestro tiempo",
sentenció.
Y se explayó: "Este tipo de relación tan intensa ya la tuvo con (Robert) De
Niro. De esa colaboración han surgido algunos de los filmes más memorables de la historia del cine.
Martin da toda la responsabilidad a los actores para crear el personaje. Desarrolla la narrativa a
través de nosotros y realmente él mira a través de los actores. Es una experiencia catártica que te
permite meterte en la piel profunda de los personajes".
—Lo onírico es crucial en el filme, ¿con qué sueña usted?
—Nunca he soñado mucho y si lo hago no lo recuerdo. Sólo una vez, cuando
estaba dejando de fumar, me puse los parches de nicotina toda una noche y tuve unas pesadillas
horribles con asesinatos en masa.