Maxi Rodríguez se amigó con el gol. Como todo Newell's, que en los últimos dos partidos enterró rachas adversas, levantó la cabeza y cambió de paso con dos triunfos tan amplios como convincentes. Regresó a la huella con la complicidad de gritos oportunos y aliviadores. "Se nos abrió el arco a todos y eso es muy bueno. Tuve la posibilidad de hacer tres goles seguidos. La verdad es que no soy goleador, pero me encanta hacer goles. Y si además sirven para darle tres puntos a mi equipo, mucho mejor", comentó La Fiera, que les convirtió a Belgrano (de penal), Rafaela y Nacional.
El extremo rojinegro relacionó la levantada del equipo con la contundencia que encontró en los últimos duelos. "Sabíamos que cuando entrara la pelota, iba a cambiar todo. Desde Belgrano ya se vio un partido diferente, y ante Nacional se demostró claramente. Nosotros siempre estuvimos convencidos, confiábamos en que íbamos por el camino correcto", señaló.
Luego, Maxi puso la lupa sobre la soberbia goleada frente el conjunto uruguayo, en el debut de local en la Libertadores. "Creo que el fútbol que desplegamos fue de muy alto vuelo y eso es algo que en esta fase de la Copa es muy importante. Fue un partido muy intenso y fue todo de Newell's", destacó con especial énfasis.
Y agregó: "Sabíamos que con el 2-0 lo teníamos controlado. Pero ahí, un error los ponía de nuevo en el partido. Después vino el tercero y ahí todo se encaminó. Fue una gran alegría para nosotros y para la gente. Nos permite seguir convencidos de que vamos por el buen camino".
—El rival ni siquiera pudo apelar al juego de fricción.
—Sabemos el temperamento que tienen los uruguayos, pero esto es fútbol y nadie se esconde de las patadas. Ellos no tuvieron mala leche, fue un partido muy intenso, pero en todo momento pudimos imponernos.
—¿Ratificaron la levantada?
—Ganar siempre te da confianza. Y sobre todo de la manera en que lo conseguimos frente a Rafaela. Con Nacional quedó nuevamente plasmado. Creo que jugamos bien, muy rápido, y cuando hacemos los goles, cambia totalmente la manera de ver el partido y de manejarlo. Acá en Rosario la mayoría se te viene a meter atrás y hay que buscar soluciones. Cada uno juega con sus armas y la nuestra es tratar bien la pelota y hacer goles.
—¿Con estas goleadas se vuelve al camino del protagonismo?
—Creo que mal acostumbramos a todos. A que Newell's juegue bien, a que golee y que tenga la pelota. Y cuando no pasa eso, empiezan algunas dudas. Pero esas dudas aparecen afuera, no adentro. Nosotros estamos muy tranquilos y convencidos de lo nuestro. Y nosotros sabemos que somos muy exigentes y queremos rozar la perfección. Esa es una exigencia que nos metemos nosotros mismos.
—¿Qué cambió para que lleguen las victorias?
—Apareció la victoria y ahí cambia la cabeza de uno. Tres partidos atrás parecía que se venía el mundo abajo, porque tenemos a todos mal acostumbrados.
—¿Y en el juego?
—Hay más tranquilidad para manejar la pelota. Antes hacíamos un juego muy directo y queríamos llegar al gol muy rápido. Eramos demasiado punzantes. Pero nosotros tenemos otro estilo de juego y sabemos que podemos hacer daño de otra manera. Hablamos mucho y volvimos a conseguir el juego que pretendemos.