Lucas Matthysse ganó un combate tan intenso como feroz. Venció al ruso Ruslan Provodnikov por decisión mayoritaria. Dos jueces dieron 115 a 113 y el restante dio empate en 114, en el Events Center del Turning Stone Resort & Casino, una reservación india del estado de Nueva York.
Los antecedentes del adversario indicaban que el reto no sería sencillo. Por su potencia y resistencia. Aunque no se sabía que esa resistencia del púgil de la Siberia era tanta.
Es que en la primera parte de la pelea el boxeador radicado en Junín lo golpeó hasta el cansancio, no sólo lastimándole la cara a Provodnikov sino también su propia mano derecha, la que debió preservar en el último tramo de la contienda, algo que el ruso aprovechó para achicar la distancia, al punto de hacerlo flaquear a Matthysse en el undécimo round.
Pero si algo tiene el argentino, además de la fortaleza, es una excelente preparación física, la que le permitió quedarse con una victoria que ahora le abre la puerta a una velada espectacular.
“Quiero enfrentar al ganador del combate entre Mayweather y Pacquiao”, desafió Matthysse.
“Me cansé de pegarle al ruso. Es una roca. Sentí una mano en el round once que me movió el piso. Fue un rival tremendo, pero mi preparación fue excelente. Ahora deseo descansar y disfrutar de mi hija y mi familia”, contó el chubutense, quien arribará hoy a las 9.30 a Ezeiza.
El dueño de Golden Boy, Oscar de la Hoya, expresó con alegría: “El siberiano demostró ser un boxeador que deja todo en el ring. Es un toro. No tiene un paso hacia atrás. Pelea hasta el último round y Lucas lo manejó bien. Usó su inteligencia, su poder. Para noquear a Ruslan tendrías que pegarle con un martillo”.
En relación a la marcada merma del accionar de Matthysse a partir del octavo round, lo que le permitió al rival conectar golpes certeros, su técnico Luis “Cuti” Barrera justificó que “le dolió la mano derecha a partir del séptimo, producto de la intensidad del combate”. Luego se comprobó que Matthysse sufrió “inflamación de los nudillos meñique y anular” pero “no hay fisura ni fractura”, según el médico Eduardo Leguizamón.
Matthysse tiró 1.000 golpes, de los cuales 625 fueron jabs (directos), y acertó el 47 por ciento de ellos, en especial en el rostro de Provodnikov, que lanzó 750 (200 certeros), con una efectividad 20 por ciento menor a la de Lucas. w