Si le sale bien la jugada y llega a convertirse en primer ministro italiano, el líder del Partido Demócrata (PD), Matteo Renzi, quiere acelerar las reformas internas para lograr que la Unión Europea (UE) haga concesiones en los objetivos de déficit fiscal. Renzi, quien el viernes forzó la dimisión de su compañero de partido y hasta ahora primer ministro Enrico Letta, asegura que Italia sólo puede desafiar las políticas de la UE si primero pone en orden su propia casa.
"Tenemos que pedir a Europa que cambie, pero antes de que podamos hacerlo, debemos empezar por implementar en casa las reformas que hemos pospuesto durante demasiado tiempo", afirmó Renzi en el manifiesto para la presidencia del PD, puesto que logró en diciembre. "Si abordamos esas reformas, los políticos italianos darán buen ejemplo. Entonces podremos pensar en romper" el límite de deuda de la UE, que obliga a los miembros del euro a mantener sus déficits públicos por debajo del 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), afirmó el alcalde de Florencia. Para Renzi, de 39 años, ese límite del Pacto de Estabilidad y Crecimiento es "anticuado". Pero Renzi también cree que Italia sólo tendrá "la fuerza y credibilidad" para luchar contra las "políticas de austeridad" de Europa si logra sacar adelante reformas internas creíbles.
Su aproximación es distinta a la del ex primer ministro Silvio Berlusconi y a la del líder del movimiento de protesta Cinco Estrellas Beppe Grillo, quien culpa de los males de Italia al euro y las políticas de austeridad de la UE, pasando por alto los problemas del propio país.
Aún así, para Ferdinando Nelli Feroci, director del instituto IAI de Roma, los planes del líder del PD sobre Europa son demasiado vagos. "Hemos pasado años hablando sobre planes de privatización, racionalización del gasto público, ajustes del sistema judicial, simplificación de la burocacia a todos los niveles", afirma este ex embajador de Italia ante la UE. "Si lográsemos presentarnos en Bruselas habiendo hecho algunos de esos deberes tendríamos más oportunidades de que nos escuchasen" al pedir el fin de la austeridad, agrega.
Según el diputado del PD Sandro Gozi, experto en asuntos europeos, un gobierno liderado por Renzi negociaría objetivos menos estrictos de reducción del endeudamiento, que en Italia duplica el máximo del 60 por ciento permitido por Bruselas. Y pediría a la UE "incentivos" para acometer las reformas. Renzi también ha hablado de simplificar la legislación laboral, mejorar el clima de negocios y la gobernanza con una ley electoral más eficiente, un Parlamento más pequeño y un menor solapamiento de las administraciones locales y centrales. "Creo que supondría una buena noticia para nuestros socios europeos, porque finalmente tendremos un primer ministro dispuesto a lograr esos objetivos que la UE nos impuso hace tiempo", afirmó Gozi.
Analistas afirman que Renzi puso en marcha la maniobra que acabó con el gobierno de Letta porque sentía que su gobierno titubeaba demasiado a la hora de abordar las reformas. Para el bloguero Francesco Costa, Renzi temía que la falta de acción política en los próximos meses pudiera costarle al PD una dura derrota en las elecciones para el Parlamento Europeo de mayo, que favorecería a Grillo y Berlusconi.
En diciembre, el diario Il Sole 24 Ore calculó que sólo se habían implementado el 12,7 por ciento de las leyes aprobadas por el gobierno de Letta, quien reconoció el problema en su última rueda de prensa como primer ministro. "Nuestro país está agonizando por falta de implementación. Tenemos muchos anuncios y decisiones pero nadie sigue hasta el final la implementación de esas decisiones", afirmó Letta.
Aun está por verse si Renzi consigue hacer un mejor trabajo, pero no parece asustarlo el desafío. "Soy muy ambicioso", dijo en octubre al diario La Stampa. Más contundente fue un periodista político que sigue al líder del PD: "Cree que es Superman".
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