Un hombre armado con un revólver terminó con la vida de Diego Ramos, de 26 años, quien trabajaba ocasionalmente como cartonero, e hirió de dos tiros en el pecho a José Luis Lencina, un albañil de 36 años. El agresor, identificado como Luis Alberto A. por los familiares de las víctimas, estaba anoche a pocos metros de la Iglesia del Nazareno, en Almafuerte y Travesía, donde era velado Ramos. "Tenemos miedo que venga y nos quiera matar, ese hombre está loco", decía ayer la hermana del joven asesinado .
El ataque fue el sábado a la tarde en el barrio Toba, en los pasillos de Almafuerte al 2100, donde el mapa muestra casas míseras, barro, basura y corredores interminables que conforman laberintos. Al parecer, según cuentan los familiares de las víctimas, tanto Ramos como Lencina son hermanos y el agresor un ex cuñado de ambos. "El estaba casado con Patricia y hace tiempo que están separados", dijo Roxana, pariente de la numerosa familia.
El ataque. Alrededor de las 19 del sábado Luis Alberto A. fue hasta la casilla donde vive su ex pareja, Patricia. Según cuentan testigos y familiares, allí golpeó a Ramos. Minutos después este hombre, visiblemente ofuscado, se paró delante de la misma casilla en la que había varios chicos con sus madres, tías y primos. "Había como quince personas", dijo Roxana. Al grito de "los voy a matar a todos, esto no queda acá", comenzó a disparar.
Tanto Lencina como Romero salieron en defensa de su familia y fueron baleados a corta distancia. Ramos recibió dos tiros en el pecho y Lencina otro en el tórax.
La humilde vivienda es propiedad de Paula Ramos, la madre de los dos heridos. Diego Ramos tenía antecedentes penales de cuando era menor de edad por hurto y abuso de armas, además de otro en el 2011 por amenazas. José Lencina, que está internado pero fuera de peligro en el Hospital de Emergencias, no tiene antecedentes.
Sus vecinos indican que Luis Alberto A. cuenta con prontuario. Lo apodan El correntino y no sería un hombre querido en la zona. Así lo evidenciaron algunos vecinos.
"Este loco vive hace mucho por acá y ahora está ahí, en la casa de un hijo. Hace un rato salió a gritar que nos iba a matar", dijo Elena Ramos, otra pariente de la misma familia.
Patricia L. tiene dos hijos con el supuesto asesino. "El nos amenazó hace un tiempo, pero después no hizo nada, hasta ayer", dijo otro hermano del muchacho muerto.
Ayer por la tarde en el velorio de Ramos tanto su madre como sus hermanos estaban muy golpeados. "Somos gente de trabajo, albañiles, cartoneros. Este hombre cuando mató no pensó en nada, ni en sus hijos más chicos ni en la familia de Diego. Lo conocemos porque es pariente, siempre fue así, pero nunca había llegado a tanto. No está normal: una persona que está bien no hace esto". decía Luis Ramos. otro de los familiares que velaban a Diego en la iglesia del barrio Toba.
Los familiares de las víctimas estaban en la tarde de ayer atemorizados ante la posibilidad que el señalado como agresor volviera al lugar. "No sabemos que pueda pasar, es un loco", dijo otra de las hermanas en medio del velorio.