El líder del Frente Renovador (FR), Sergio Massa, duplicó ayer la brecha de votos que le había sacado al kirchnerista Martín Insaurralde en las Paso. Las claves fueron los rotundos triunfos en el norte y oeste del Gran Buenos Aires del FR, con hasta 40 puntos de ventaja en algunos distritos, y el corte de boleta como vedette en lo que hasta ayer eran bastiones K como La Matanza, Avellaneda, Lanús y Quilmes.
Así, el candidato a diputado nacional e intendente de Tigre obtuvo casi el 44%, 12 puntos porcentuales respecto a los resultados de dos meses atrás, galones con los que se subió anoche al ring por la batalla presidencial de 2015.
“La victoria nos obliga a cruzar la frontera y caminar la Argentina”, dijo sobre escenario que armó el FR en el complejo Pipa Tigre, donde confirmó los trascendidos de que en su discurso estrenaría un mensaje directo para pelear en la arena nacional. Aseguró que armará tres equipos para tratar la mal nutrición infantil, la problemática de la educación y sobre seguridad.
En tanto, el kirchnerismo optó por presentar a todos sus representantes nacionales unidos en su centro de campaña de la Ciudad de Buenos Aires, donde buscó reforzar la idea de que se alzaba con la primera minoría con el conteo de votos de todo el país. El gobernador Daniel Scioli dijo que correrá “mucha agua debajo del puente” hasta 2015 y dio a entender que mantiene sus aspiraciones presidenciales, al afirmar que “ya dijo” lo que tenía que decir sobre los próximos comicios.
Sin embargo, la contundente victoria de Massa tiene también consecuencias directas sobre la provincia de Buenos Aires: además de posicionar al intendente de Tigre, arroja interrogantes sobre cómo se comportará la Legislatura provincial bonaerense en los dos últimos años de mandato de Scioli y la disputa por la conducción del PJ. Más aún cuando el escrutinio de ayer confirmó que varios de los intendentes que no oficializaron su trasvase al FR alambraron sus distritos, repartiendo en estas últimas semanas boletas de la candidatura de Massa pero con la lista de sus concejales.
El rol de los intendentes. El golpe se presenta como más duro que el que le asestó De Narváez a Néstor Kirhner en 2009. Esto se refleja en las victorias del massismo en una larga lista de municipios gobernados por kirchneristas como Tres de Febrero, Moreno, Merlo, Ituzaingó, General Rodriguez, Morón, José C. Paz, La Matanza, Avellaneda, Lanús y Quilmes, y daba pelea en el resto de distritos como Lomas de Zamora, el municipio de su rival Martín Insaurralde. También se destacaban los triunfos del massismo en la capital provincial, La Plata —donde se impuso claramente— y en Bahía Blanca donde capitalizó los votos que perdió el candidato por el frente Unidos por la Libertad y el Trabajo, Francisco De Narvaez.
El propio Scioli reconoció que el triunfo de Massa fue “una diferencia importante, han hecho un gran trabajo”.
Massa ganó 16 escaños en la provincia de Buenos Aires y un impulso para liderar un bloque en la Cámara baja, al que aspira sumar nuevos dirigentes que pudieran desprenderse del oficialismo y de otros espacios peronistas.
El Colorado fue el otro derrotado de estas elecciones, que perdió la mitad de sus votos, en su gran mayoría, a manos de Massa. Por lo que apenas logró entrar él y moyanista Julio Piumato. “Soy el único responsable”, dijo, pero aseguró que va a “trabajar para recuperar la confianza” de los que lo “votaron en 2009”.
En tanto, la candidata del Frente Progresista, Margarita Stolbizer, sacó prácticamente los mismos votos que en las primarias, por lo que sumará cuatro diputados al bloque de Hermes Binner en el Congreso.
Confirmación. El Frente de Izquierda y de los Trabajadores en una histórica elección estaría logrando meter un diputado nacional, Néstor Pitrola, al haber alcanzado más de 430.000 votos, que ratifica el buen resultado que había alcanzado en las Paso.