Argentina siente en carne propia la caída de los precios de las materias primas a escala mundial. Hay que delinear un nuevo escenario para el año 2014. Menos dólares, y más incertidumbre.

Argentina siente en carne propia la caída de los precios de las materias primas a escala mundial. Hay que delinear un nuevo escenario para el año 2014. Menos dólares, y más incertidumbre.
En la semana que termina hay dos datos preocupantes. El primero, es que la moneda nacional se estaría devaluando a un ritmo del 2,3 por ciento en julio, cuando en los meses de mayo y junio se devaluó a un ritmo del 1,9 por ciento mensual. Esto estaría proyectando una devaluación del 25 por ciento anual.
El segundo dato preocupante es que la soja posición mayo 2014 se ubicó en 447 dólares la tonelada; hay que retroceder al año 2010 para encontrar un precio similar. Con la suba de costos, altas retenciones y precio de los alquileres elevados, todo haría indicar, que la campaña 2013/2014 disminuirá en área sembrada y el aportará menos dólares al Banco Central y una baja significativa de ingresos fiscales.
En este escenario, daría la impresión que el gobierno tomó partido en este conflicto. Espera remediar con una mayor devaluación, la caída de precios internacionales, y no resignaría una baja de ingresos fiscales. En resumen, está diciendo que las retenciones son intocables.
El dólar blue sigue en niveles por debajo de 9 pesos. En la actualidad, la brecha entre el dólar oficial y el blue se ubica en el 60 por ciento, que es el nivel más bajo del año 2013. Esto implica un valor bajo para el dólar blue, si lo miramos desde la perspectiva de una mayor devaluación del dólar oficial, y un incremento de la incertidumbre política y económica.
De cara al año 2014, el país se encuentra con un escenario de menos exportaciones, dada la probable caída de cantidades y precio en el sector agropecuario, mientras que la importación podría seguir creciendo, dado la escasez de energía en el país.
Si bien se están llevando adelante acuerdos entre YPF y compañías internacionales, dichos acuerdos no derivarán en un incremento inmediato de la oferta de energía en el mercado local.
Las empresas petroleras han sido beneficiadas por el gobierno, con menores retenciones, bajas en los aranceles de importación de bienes de capital, y una política amigable de manejo de divisas y retenciones a futuro. Esto podría traer mejoras en los resultados empresariales (de cara a los años que vienen), pero en lo inmediato, el escenario de utilidades no mostrará modificaciones de significación.
El año 2014 podría traer consigo una caída en el superávit de balanza comercial, que afecte la oferta de dólares en el mercado interno, y genere un estrés de precios muy fuerte para el dólar oficial y el blue. No se debería descartar que el Banco Central devalúe el signo monetario a un ritmo más acelerado en los próximos meses.
La influencia de Axel Kicillof en las decisiones del Banco Central se hicieron sentir en el mercado. Las entidades financieras se han sentido perjudicadas por el recorte en las comisiones, que ha derivado en una mayor rigurosidad a la hora de otorgar financiamiento a empresas y particulares, exigiendo mayores garantías. La baja de comisiones, lejos de aceitar la actividad económica, la está complejizando, dado que el financiamiento se ha vuelto más selectivo. Por eso hay que decir que se está acabando el tiempo de créditos para todos.
En este contexto, la posibilidad de un impuesto a la renta financieras está impactando en los plazos fijos, que están descendiendo ante la amenaza de un impuesto del 15 por ciento sobre los intereses percibidos. Esto está generando un arbitraje positivo hacia los seguros de retiro, bonos y el dólar blue.
Por último, el gobierno sigue esperando el fallo de la Corte americana, que determinará cómo pagarle a los fondos en litigio con el Estado nacional. Ni el gobierno americano, ni el FMI han apoyado a la Argentina en esta contienda judicial. Sin fecha de fallo a la vista, la incertidumbre reina en el mercado de bonos, que en julio mostraron una gran suba y hoy miran de reojo lo que suceda en los tribunales americanos.
Conclusión. El gobierno ha elegido el camino de la devaluación del dólar oficial, esto potenciará al dólar blue, que pasadas las elecciones del 11 de agosto, podría volver a sentirse libre en el mercado. El impuesto a la renta financiera es una mala idea, encarecerá el crédito, incentivará la salida de plazos fijos y empujara a los inversores al mercado informal.
Bonos y acciones podrían tener una fuerte suba en este contexto. La venta de propiedades en pozo, lotes, autos nacionales e importados y electrodomésticos, se verá afectadas positivamente por la devaluación del dólar oficial y el blue. Los servicios, el comercio y los asalariados, los grandes perjudicados.•




