Vecinos de Fisherton denunciaron ante la policía y la Municipalidad la realización de una fiesta electrónica que comenzó el sábado a las 6.30 y culminó a las 14, con patovicas en la puerta, baños químicos, cobro de entrada y DJs porteños. La rave clandestina tuvo la música tan alta que en las casas linderas vibraban los vidrios de las ventanas, y pese a los insistentes llamados a la Guardia Urbana Municipal (GUM) y la seccional 17, para que un móvil llegara al lugar uno de los denunciantes debió acudir a la comisaría.
En el acta policial se asentó que los ruidos molestos se produjeron durante toda la mañana del sábado en la finca de Eva Perón al 9200. Ese fue el lugar elegido por los organizadores de la fiesta electrónica que, según algunos rumores, trajo el público desde un reconocido boliche del barrio Refinería hasta Fisherton.
"Fue una locura para quienes somos vecinos", dijo uno de los denunciantes a LaCapital para agregar: "Hubo unas 600 personas en esta casona sobre la ruta 9 frente al country del Jockey Club. Empezó a las 6.30 y terminó a las 14 con música electrónica al palo, es un after hour muy bien organizado. Es un negocio que va mutando de lugares", indicó.
Lo que llamó la atención de los denunciantes fue el poco interés de las autoridades municipales y policiales en tomar cartas en el asunto.
Según aseguró un vecino afectado por los ruidos molestos, llamó tres veces al 911 y luego 11 veces a la GUM. "Los agentes municipales pasaron a las dos horas del llamado y labraron una acta, pero en ningún momento se bajó la música. Cuando hablé con la seccional 17 me dijeron que no había móviles disponibles, por lo que me dirigí hasta la comisaría para hacer la denuncia", ahondó el joven denunciante.
Recién a las 14 se hizo el acta policial, sin que los uniformados hayan ido al lugar. Según confirmó el titular de la dependencia, las actuaciones quedaron a cargo del Juzgado de Faltas Nº 2.
Al palo. "Fue música electrónica todo el tiempo, en pleno corazón de Fisherton. Adentro de mi casa vibraban los vidrios de las ventanas y se escuchaba fuerte a unos 250 metros a la redonda", detalló el vecino.
La organización no dejó detalles librados al azar. Baños químicos, seguridad privada, patovicas, cobro de entrada y el público saltando en derredor de una pileta. "Esperemos que no vuelva a suceder", dijo el vecino, quien llevó el sumario policial hasta la Municipalidad para iniciar un expediente administrativo.
Voz policial. "La seccional tomó la denuncia, la giró a la Justicia para determinar quién es el dueño de casa y el encargado de la fiesta para determinar responsabilidades por los ruidos molestos. Pediremos informes a la Municipalidad para ver si existía habilitación. El móvil policial acudió en dos oportunidades pudiéndose bajar el nivel de la música, pero nunca pudimos ingresar porque se trata de una contravención", señaló el jefe de la 17º, comisario Ramón Ríos.
Una cumpleaños muy concurrido
“Nadie arma un boliche en una casa particular si no tenés un pie en la actividad nocturna”. Con estas palabras el subsecretario de Seguridad Comunitaria, Luis Baita, recordó que la GUM se hizo presente el sábado a las 8.30 en la casona de Eva Perón al 9200. “Dijeron que había un cumpleaños, se labró un acta pero no se pudo ingresar”, dijo Baita al admitir que los after hours mutan de lugar. “Vamos a armar un mapeo, pero no es habitual como en Roldán o Funes”.