Madrid.— La profunda crisis económica que atraviesa España se puede medir también por la cantidad de personas que están abandonando el país. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), 40.625 españoles partieron rumbo al extranjero en el primer semestre de este año, un 44,2 por ciento más que en la primera mitad del año pasado. Analistas estiman que gran parte de las salidas corresponden a españoles nacionalizados, seguramente desilusionados por la falta de empleo.
Las salidas de ciudadanos españoles y extranjeros (269.515 entre enero y junio, de las que 228.890 corresponden a inmigrantes) superan con creces a las llegadas (195.539, de las que 17.518 son de españoles y 178.021 de extranjeros).
Saldo negativo. Lejos quedaron los años en los que la inmigración aportaba cerca de un millón de habitantes al año. El negro panorama económico y una tasa de desempleo que ya alcanzó en el primer trimestre de este año el 24,44 por ciento —con más de 5,6 millones de desocupados— hicieron que España registrara el año pasado su primer saldo migratorio negativo desde que se tienen datos, con un total de 50.090 personas.
"Coyunturalmente, nos hemos convertido en un país de emigración, después de haber sido de inmigración. Se va más gente de la que llega y perdemos población porque no somos capaces de retenerla", explicó al diario El País Antonio Izquierdo, profesor de Sociología en la Universidad de La Coruña. "Si la riqueza de un país es su población, estamos perdiendo riqueza", añadió.
Las estimaciones oficiales no detallan cuántos de los españoles que parten lo son por origen o por nacionalización. "Hay que intuirlo, pero por sentido común se puede pensar que buena parte de las salidas de españoles son de nacionalizados", dijo a El País el demógrafo Albert Sabater, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Sabater explicó que, desde 2000, España recibió a seis millones de extranjeros, en gran parte latinoamericanos que pueden pedir la nacionalidad "al cabo de dos años". Como ejemplo citó que en 2010 se concedieron 123.721 nacionalizaciones, de las que más de 100.000 correspondieron a ese grupo. Desde 2008 ha habido más de 435.000 nacionalizaciones por residencia.
"Hay una tendencia a pensar que está habiendo una salida masiva de jóvenes españoles de origen y es cierto que se van, pero no en masa. Son gente muy cualificada, atraída por los mejores salarios que encuentra afuera. Ya se iban antes de la crisis y ahora lo hacen en mayor medida por la falta de expectativas", agregó Sabater, convencido de que los grandes protagonistas del éxodo son los españoles nacionalizados.
Los destinos preferidos. Del perfil y los destinos de los españoles que se van, el INE sólo dispone de apuntes limitados y referidos al año pasado. Según estos datos, entre los emigrantes españoles predominan los adultos jóvenes. Son personas de entre 28 y 45 años, con más más de mil salidas en cada tramo de edad en 2011. Ese monto también se alcanza entre los niños de dos a ocho años. Europa es el destino preferido. En primer lugar está Gran Bretaña, seguida por Francia y Alemania. En América, los países que recibieron más españoles fueron EEUU, Ecuador, Venezuela y Argentina.
De cara al futuro, el demógrafo Albert Sabater aseguró que España "no va a dejar de ser un país de inmigración", dado que juegan dos elementos para ello: el reagrupamiento familiar y la "importante economía sumergida", un terreno apto para los extranjeros en situación irregular. "El gran dilema es ver si con la crisis va a haber un aumento de la desigualdad entre españoles e inmigrantes, o entre los propios inmigrantes, en función, por ejemplo, del sector donde trabajen", planteó el especialista.