¿Observa que a poco más de un año del 54 por ciento que logró Cristina Fernández su imagen está tan mal como dicen algunas encuestas?
¿Observa que a poco más de un año del 54 por ciento que logró Cristina Fernández su imagen está tan mal como dicen algunas encuestas?
—Su imagen no es equivalente a la imagen que tenia hace un año atrás, pero tampoco es una imagen "mala", ni mucho menos "muy mala". Si bien ha descendido significativamente, cabe recordar que el descenso se da desde valores superiores al 75 por ciento de positividad, restarle 20 puntos a ese valor todavía genera una buena imagen. En todo caso lo que se ha producido es una estratificación de su imagen, es decir, se ha afirmado en determinados sectores dejando de ser una imagen transversal como lo fue al momento de su reelección que traccionaba igual en cualquier segmento de la población, sea por nivel socioeconómico, etario o geográfico. Eso, entre otros efectos, produce distorsiones relativas en mediciones telefónicas o bien con sesgos urbanos de mejor poder adquisitivo promedio. Aun así, el sistema político argentino es un sistema multipersonalista inestable con liderazgo eventual preponderante, lo que hace que el liderazgo circunstancial de CFK siga siendo la variable independiente en el juego político.
—En este proceso que va desde octubre de 2011, ¿algún opositor ha crecido como para poder posicionarse como alternativa al cristinismo?
—No, definitivamente no y por lo que antes decía, porque depende de que tan bien o tan mal le vaya a CFK y al oficialismo para que se articulen opciones opositoras competitivas. Un sistema electoral deja de ser competitivo cuando la distancia que separa al 1º y al 4º ronda los 20 ó 25 puntos. En el 2011 la distancia fue de 39 puntos solo entre el 1º y el 2º mas votado. Hoy, en un escenario hipotético con CFK como candidata, la distancia entre ella y el mejor segundo es de 15 puntos. Sólo la salida de ella del juego electoral o una muy baja performance gubernamental sumado a una fractura del PJ podría generar liderazgos alternativos competitivos en escenarios tan prematuros.
—¿Las multitudinarias marchas del 13S y el 8N estuvieron compuestas por quienes no votaron a Cristina exclusivamente o se sumaron votantes de la presidenta que se encuentran desencantados?
—Probablemente se hayan sumado votantes desencantados, pero en general, ambos movimientos mas que producir un trasvase de votos de un sector a otro, produjeron dos hechos y una consecuencia indirecta. El primero, es una merma de apoyos tanto del oficialismo como desde la oposición. El segundo hecho es que radicalizaron mas sus posturas ambos sectores. Y como efecto indirecto, ha quedado un tercio de la masa de votantes en estado especulativo del que no se avizoran actitudes ni conductas claras hoy.
—¿El ya mítico "relato" kirchnerista no entró en crisis a partir de la pérdida del control de la calle a manos de Moyano y otros sectores sociales?
No lo creo. El relato, que en comunicación política se denomina "mito de gobierno", ha tenido dos pilares centrales y un componente simbólico. Un pilar fue el crecimiento económico, que es precisamente el que se puso parcialmente en jaque en 2012. Otro pilar esta constituido por el conjunto de políticas de inclusión social, que prácticamente esta igual. Y como decía, hay un componente simbólico dado por políticas de identidad y visibilización de sectores, en donde se puede incluir a los DDHH, leyes civiles de avanzada progresista, una fuerte latinoamericanización de la retórica, y la ley de medios, entre otros elementos. Es precisamente por esta última ley que este componente también fue puesto en cuestión. Pero cuestionamientos y tensiones distan mucho de ser una crisis que puede definirse como la puesta en jaque del sistema de valores que sostienen a alguien o alguna institución.
—Por primera vez las clases medias se movilizaron por cuestiones ajenas a la economía. Se demandaron ítems vinculados al rechazo a la reforma constitucional, el estilo de la mandataria, la ausencia de conferencias de prensa y la corrupción. Parece ser toda una novedad.
—Ubicaría a todos esos reclamos como demandas de calidad institucional. Si, comparto, son importantes, tanto como constituyen una novedad como reclamo de alta intensidad para este gobierno. No obstante ello, electoralmente es complejo entender cómo funcionan esas demandas si no se articulan y si no son bien representadas. En la falsa antinomia entre transformación versus institucionalización, suele ganar la primera con comodidad. La segunda cobra fuerza cuando la primera falla. El tiempo dirá.
—A fines de los 90, la sociedad rechazó el intento de re-reelección que pretendía Menem. ¿Observa que esa situación se repetirá ante un posible deseo presidencial de ir por un nuevo mandato?
—Sí, potencialmente eso se vislumbra hoy. Un eventual propuesta de modificación de la Constitución para una re reelección tendría mas rechazo que aceptación.
—¿Qué consecuencias inmediatas observa respecto a la furibunda pelea gobierno-Clarín? ¿Habrá vencedores y vencidos?
—Es la disputa simbólica mas estridente de este gobierno, y quizás la mas novedosa en sus formas aunque no creo tanto en su fondo. Sostengo que Argentina forma parte de una estrategia común de muchos oficialismos regionales que abordan la comunicación vía acciones directas para "saltar" a la prensa; que estigmatizan a grandes actores del sistema de medios a la vez que generan alianzas con otras porciones importantes de actores de ese mismo sistema; y además intentan modificar las reglas del sistema de medios existente, vía nuevas leyes y reglamentaciones. Por eso hay una visión posible, estructural y de largo plazo, que surge del espíritu de la ley para romper un sistema concentrado y dotar de pluralidad de voces al sector no lucrativo en una situación actual que, aun modificándose en el tiempo, siempre tiene a actores con un poder público muy asimétrico respecto de otros. Otra visión es la ideológica, que puede sintetizarse en la puja "Estado" versus "mercado". Y cabe una tercera visión que entiende a la comunicación política como ese espacio en donde se resuelve el control o la gestión de la agenda pública. Así es que el intento de achicar o aminorar la posición dominante de un grupo mediático, simbólica y económicamente el más fuerte, forma parte de un conflicto controlado que el gobierno ha decidido crear y sostener. Este conflicto tiene cuatro patas: una en la política, otra en los medios, una tercera en la economía y una cuarta en la Justicia. Son demasiadas arenas y territorios, por lo que toda acción siempre se verá enmarañada, sonará aguda y fuerte, independientemente de lo poco o mucho que se avance. Sostengo, como hace rato se viene dando, que por un rato esta puja será más ruidosa que operativa en el corto plazo.
—¿Imagina a Cristina diciendo "mi único heredero es el pueblo", como han hecho otras referencias peronistas, o considera que si no hay re-re ella sostendrá a un delfín político para que la suceda?
—Imagino muchos escenarios de CFK diciendo o haciendo muchas cosas, pero ninguno hoy y todos cerca de 2015, dependiendo del contexto político, social y económico de esa fecha. CFK tiene un estilo muy ofertista en su política, es decir ofrecer elementos para alimentar la gestión de la agenda cotidiana, pero nunca se apresuró en las definiciones electorales.
—¿A qué políticos visualiza con más chances de constituirse en alternativa?
—No sé si chances, pero creo que Binner, Scioli y Massa cumplen, en perspectiva comparada con cuatro atributos promedio que el resto no tienen: son mas conocidos, tienen diferencial positiva en su imagen, tienen mas votos que el resto y además experiencia en gestión. Insisto que sus chances se medirán de acuerdo al desempeño final del gobierno de CFK y su decisión electoral personal. Pero mucho mas importante que eso, del nivel de cohesión que registre el PJ con el paso de los meses.
—El socialismo ha votado muchos proyectos clave del kirchnerismo. ¿Cree que Binner puede heredar un voto kirchnerista?
—Si, en la medida en que CFK no fuese candidata. Una porción menor de su electorado potencialmente podría migrar hacia Binner que, cómodamente y desde hace largo rato, es el mejor segundo. No implica ello que sea visto como el mas opositor, porque tanto Macri como Moyano se ubican en esa categoría. Y ni hablar si hubiese una fractura del PJ en donde ese comportamiento electoral podría ser mas pronunciado. Dependerá mucho también de cómo cristalice finalmente su formula Binner y su esquema de alianzas.
—¿Cree que una postulación de Scioli terminará con las intenciones presidenciales de Macri?
—Terminar no creo, pero sí le restaría posibilidades de que Macri amplíe su base electoral que, convengamos, no es diferente sino menor a la que potencialmente tenia cuando renunció a la carrera electoral en 2010 cuando era precandidato presidencial en ese entonces.
Por Matías Loja