"Usted, que inventó la tristeza, tenga hoy la fineza de desinventar"
"Usted, que inventó la tristeza, tenga hoy la fineza de desinventar"
El acápite es de una canción de Chico Buarque de Hollanda. La primera vez que escuché a "Chico" Buarque éramos jóvenes. La Banda (1964) fue su primer tema de difusión absoluta. Sigue dando vueltas por el mundo. Admito una claudicación; cada tanto, coloco nuevamente "Construcción" en el equipo de audio. Dos versiones. Brasuca y castellano (traducción de Daniel Viglietti) Hay una tercera versión (perdida) de Los Informales. Existe. La de Nacha mejor omitirla. A la canción aún la admiro como se debe: con envidia. No hay envida sana, cabe aclarar.
En los años 70 su modo no era el de nuestros cantautores de protesta. El dolor parecido, las injusticias tan grandes en uno como en otro lado. Distintas formas de volverse esperanza. Distintas. El tema "A pesar de vocé" primero superó la censura brasilera. A poco que se dieron cuenta de su sencilla manera de esperar el mañana anunciando que llegará (a pesar de vocé, don Castelo Branco, don Garrastazú) sucedió: lo censuraron. El acápite es del poema de "Chico", autor de letra y música de aquella canción.
Las canciones de protesta tienen eso: la protesta. Muerto el perro se acabó la rabia. Superada la queja la canción se desvanece. Era/es una seria objeción contra alguna poesía de Mario Benedetti y el inmenso paquete de Tejada. En muchos casos la melodía o la conjunción de melodía y texto vuelve ingobernable el olvido y gana la buena memoria. En otros lo connotado supera a lo explícito. Quedan así misteriosas circulaciones. Espasmos entre el afecto, la emoción, la lágrima y el misterio.
La incompleta marcación define un inmortal: "sur, paredón y después "
La especificidad de cerrojo que tiene la métrica acepta dos octosílabos chuecos. Que se mantienen para un presente que fue queja de ayer y será queja de mañana: "las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas"
La ingeniosidad de "Construcción", tema de Chico Buarque, su juego de las esdrújulas y la forma de retorcer la poesía hasta volverla una denuncia y un llanto sigue siendo inatacable. Por decirlo mejor: inatajable.
" Flotó por el aire cual si fuese un pájaro/ y terminó en el suelo como un bulto fláccido/ agonizó en el medio del paseo público/ murió a contramano entorpeciendo el tránsito /// flotó por el aire cual si fuese sábado/ y terminó en el suelo como un bulto tímido/ agonizó en el medio del paseo náufrago/ murió a contramano entorpeciendo el público /// sentose a descansar como si fuese un pájaro/ flotó por el aire cual si fuese un príncipe/ y terminó en el suelo como un bulto alcohólico/ murió a contramano entorpeciendo el sábado". Nunca supe si los obreros de la construcción escucharon la canción de "Chico". Se que se mueren explotados, en negro, sin seguros de vida, sin arneses, con o sin esdrújulas. Estropeando el tráfico, como cruelmente sitúa el poeta. Sin atención de los organismos pertinentes, como bultos tímidos. Una crónica clásica. La clase obrera es, siempre, una lucha histórica. La reproducción toma los cuatro versos finales de las tres estrofas del poema. Ojalá no pierda su potencia. Es una denuncia a la etapa más brutal y descuidada del crecimiento de San Pablo, también de Río.
La vida de los titulares de los diarios admiten ese juego de Chico Buarque. El mismo acontecimiento entorpece el tráfico o el sábado. Según. Los titulares de los diarios vuelan como pájaros y se estrellan en la edición de mañana.
Los poetas esconden sus musas, en esto Buarque fue menos cuidadoso que otros, mas límpido. Chico comentaba que la censura, la pelea, lo nutría de argumentos, de "polenta" creativa. Más que la tranquilidad al sol. Piazzolla estaba siempre peleando. Sarmiento otro tanto. Su creatividad fue grande. También hay personajes pacientes. Borges y Bioy Casares no se han destacado por el trabajo y la pelea como sus fuentes creativas.
La poesía, por otra parte, nada tiene que ver con la política, excepto en la universalidad de una y la interesada banalidad de la otra, escondiendo lo tremendo: su influencia universal. Estos son días de política menor y su mínima literatura. Hasta finos pensadores se han embarcado en el insulto y el ditirambo. Cuánta gente de Carta Abierta debería contarnos del ayer, del hoy, del todavía. Aquellos que fueron protagonistas belicosos en el 70 si quisiesen contar sin miedo y sin censuras aclararían tanto Esas si que serían buenas páginas.
Estas elecciones primarias, obligatorias, generales, están escasas de poesía. Los jingles deben omitirse como piezas literarias. También hay que borrar los "eslogan". En la división de connotativo (no se si eras el eco de una vieja canción) denotativo (esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tu) y referencial (se han tomado todo el vino, eh, eh ) Las apelaciones políticas son peores que el peor referencial. No califican a concurso alguno. Acaso la imitación de la voz de Evita sea un dato. Y la mendicidad para llegar a 400 mil el mas patético. Real, pero patético. El resto es de fácil identificación. Las triquiñuelas aparecen. Parecen magos de fiestas infantiles.
Alfonsín es su padre. Duhalde su historia. Bonacci su audacia. Carrió sus advertencias. Rodríguez Saá su provincia. Binner su ejemplo. Altamira su ilusión. Argumedo mucho más que ilusión. Cristina su marido.
Es inútil buscar literatura donde solo hay apelaciones a plazo fijo. La literatura no tiene plazo fijo. Debería existir una relación directa entre el habla, lo que se expresa, lo que se piensa. El viejo Román Jakobson habla de distintas velocidades y rapidísimas elecciones entre los pensamientos (miles) y los fonemas (pocos y lentos) La palabra sólo es un borrador del pensamiento. Hay otro lío. El que recibe el mensaje. Debería existir una construcción uniforme, armónica, entre aquello que se emite (escucha) y lo que se recibe (entiende). Deberíamos, en todo caso, escuchar la advertencia de Carlos García Moreno: "quién sabe; Alicia; este país no estuvo hecho porque si ". Tal vez "Charlie" tiene razón: "Los inocentes son los culpables, dice su señoría, el Rey de espadas".
Nadie usa a Charlie García como su político de cabecera. Y sin embargo Dejemos puesta la sugerencia.
En esta elección primaria (un ensayo disarmónico entre el gigantismo discursivo y el enanismo político del nunca jamás) aparecen dos elementos sustanciales. Uno. El abandono de la calidad literaria, con pésima ortografía y la violación de conjunciones, preposiciones y tiempos verbales. Dos. La primera oportunidad completa de penetrar en el votante con las armas del padre de todas las angustias: el código digital. Reinan las pocas y balbuceadas palabras del tuiteo. Veteranos análogos abstenerse. Acuérdense. Sin tuiter, que es irreal, no hay presidente real. Parece broma. Es un virus que no admite la poesía. Ningún verso. Acaso Discépolo. Veremos.