Antonio Di Pietro | Bío | Entre 1992 y 1994 lideró el equipo de fiscales que en Milán sepultó a la clase política italiana e inició los juicios contra “Il Cavaliere”. Luego renunció para defenderse de una ola de acusaciones falaces.

Antonio Di Pietro | Bío | Entre 1992 y 1994 lideró el equipo de fiscales que en Milán sepultó a la clase política italiana e inició los juicios contra “Il Cavaliere”. Luego renunció para defenderse de una ola de acusaciones falaces.
Antonio Di Pietro cuenta cosas sorprendentes sobre su experiencia judicial con el famoso proceso "Mani Pulite" (Manos Limpias) en Italia: "Me acusaron de ser agente de la CIA, porque nadie se explicaba cómo conseguía tantas pruebas". Llegó a sumar 420 imputaciones en su contra, lo que lo forzó a renunciar al cargo de fiscal para dedicarse a defenderse de esas acusaciones falaces. El mítico fiscal vino esta semana a Rosario, donde fue doblemente homenajeado: recibió el título Honoris Causa de la UNR y fue honrado como "visitante distinguido" por el Concejo Municipal. Acompañado por una delegación en la que revistaban el concejal Jorge Boasso y el dirigente ítalo-argentino Dario Ventimiglia, Di Pietro también visitó La Capital.
EM_DASHA partir de 1992, con el equipo o "pool" de fiscales de Milán, ustedes cambiaron la historia política italiana. ¿Cómo les llegaban las presiones del poder político, al que ustedes estaban haciendo pedazos?
—Presiones hay en todos lados sobre el Poder Judicial cuando hace su deber y toca los "poderes fuertes", que no es sólo el poder político, sino el financiero, los bancos, los lobbys. Presiones tuvimos, claramente, pero teníamos una ventaja competitiva: la independencia. No había reglas que pudieran impedirnos cumplir con nuestro deber. Y por lo tanto lo hicimos. La cuestión más delicada es qué se puede hacer después de una investigación. En ésta se pudo poner al desnudo toda la corrupción del sistema político y empresario. El problema es que, por definición, el juez descubre delitos ya cometidos. Evitar los delitos, la prevención, es tarea del poder político, y si éste no quiere hacer leyes que impidan los delitos, el trabajo del juez se hace socialmente inútil.
EM_DASHDespués de la primera etapa surge en 1994 el fenómeno Berlusconi y con él y sus causas penales llega el llamado "garantismo", que cuestionó su labor e impuso leyes "garantistas", muy favorables al imputado.
EM_DASHEl mismo modo en que Ud. ha planteado la pregunta evidencia el daño que ha cometido la desinformación en mi país. Me permite decir que la palabra "garantismo" no significa nada. Sobre el plano lógico no existe. Las garantías existen, el "garantismo" es un viveza inventada para justificar leyes que frenan el trabajo de los magistrados. No confundamos garantías con garantismo, cosas totalmente diversas. Existen las garantías y la Justicia. Respetar los derechos del ciudadano, incluso del que ha cometido un delito, es respetar las reglas procesales, que es lo que hicimos. Al acusarnos con esta palabra "garantismo", y gracias a una información deformada por los partidos y los privados que estábamos investigando, se envió un mensaje a los ciudadanos para que creyeran que Mani Pulite no era una investigación para descubrir delitos, sino para atacar adversarios políticos. Decir que Berlusconi y el berlusconismo fueron aquellos que trataron de frenar Mani Pulite es reductivo. No fue sólo él. Al contrario, él fue el aspecto más evidente, porque se veía que fue al gobierno para hacer las leyes que le servían. El delito principal de Mani Pulite era la "falsificación de balances" y lo hizo abrogar. Otro delito con el que se combatió la corrupción era la llamada "concusión por inducción". También fue abrogada. Por esto tan evidente, los ciudadanos se dieron cuenta que él (Berlusconi) y su partido usaron las instituciones para arreglar sus problemas judiciales. Pero por mi experiencia personal fueron otros los "poderes fuertes" y de la infomación que frenaron Mani Pulite. Hubo un martillar continuado de todos los días sobre la información en su conjunto. En mi país es difícil encontrar información independiente. Mani Pulite descubrió el caso Berlusconi, pero en años sucesivos descubrimos cosas que habían cometido los de la izquierda y de centro, y las correlaciones entre sistema político y sistema mafioso, y sistema finaciero y sistema empresario, el uso de sociedades off shore. Mani Pulite fue criticado no solo por Berlusconi, porque no se detuvo ante ninguno. Fue como un tren que se llevó por delante todo.
EM_DASHEn el año 94 usted renuncia a la fiscalía...
—Sí, nuestra investigación en 360º estaba descubriendo lo que he definido una "corrupción ambiental". El país se había habituado a convivir con la corrupción y era evidente que habíamos tocado muchos intereses, incluso los poderes mafiosos, con la investigación llevada adelante en Palermo. Con la diferencia que allí a los jueces los mataron (Falcone y Borsellino). En el Norte usaron un método diverso, porque estábamos un poco más protegidos, y porque hallaron este método de la desligitimación. Al inicio del 92 se lanzó una acción fuertísima en mi contra, acusándome de cosas muy delicadas. Por ejemplo, de ser agente de la CIA, cargo por el que fui procesado. Es que ninguno podía explicarse cómo lograba encontrar las pruebas. Yo conseguía, por ejemplo, encontrar las cuentas corrientes en el exterior. Fui acusado de instigación al suicidio de algún imputado encarcelado; fui acusado de falsear interrogatorios; en total, tuve 420 procedimientos diversos. Al final del año 94 era más el tiempo que debía ocupar en rechazar estos ataques contra mi persona que en la investigación. De manera que la investigación de Mani Pulite comenzaba a llegar tarde y a no encontrar las pruebas, las personas, el dinero. Así que di un paso al costado renunciando al "pool" para que mis colegas pudieran seguir adelante y yo pudiera dedicarme a defenderme de estas acusaciones. Yo no tenía detrás ni a la CIA, ni a ningún diario o televisión que me defendiera. Necesité dos años, hasta el 96, pero los hechos me dieron la razón. En aquel momento me encontré con que tenía 44 años y me dije ¿qué hago? Y a la luz de lo que había comprendido del sistema de corrupción italiano, tal vez un antivirus podría ser un recambio generacional de la clase política. Pero no podía ir a un partido cuya dirigencia había arrestado: debí hacer un partido propio (Italia de los Valores), y por esta razón entré en política. Y me anticipo a su pregunta: ¿cómo terminó? Mal, gracias (risas). Porque muchas veces nos apoyamos sobre una distinción neta entre sociedad civil y sociedad política.Y en realidad la sociedad política es hija de la sociedad civil. Yo tomé gente de la sociedad civil y la llevé a la política y en poco tiempo muchos de ellos se volvieron más politicos que los viejos políticos. Al punto que algunos fueron arrestados. Así que ahora he elegido ser testigo de mi experiencia.
EM_DASHPero Berlusconi fue expulsado del Senado, terminó haciendo servicios sociales. Algún avance hubo...
—Mire, mientras hablamos en Italia se reúnen (el premier Matteo) Renzi y Berlusconi para hacer la nueva ley electoral. Una cosa es lo que parece y otra lo que es. Hay todo un aspecto del que no hablo. Yo podría estar todavía en el Parlamento, pero no estoy porque no acepté una regla, pero aquí me debo frenar, lo siento, me debo morder la lengua... Mire, en Italia existe el sistema político bipolar, pero al gobierno hay dos medias coaliciones, que no fueron elegidas por el pueblo. Son dos medias coaliciones que gobiernan en conjunto, y yo esta regla no la quise aceptar, no la considero democrática, así que preferí no presentarme a las elecciones y aquí estoy, felizmente.
Antonio Di Pietro vino a la Argentina para participar del debate sobre el nuevo Código Procesal Penal. Una reforma que detrás de "apariencias positivas esconde opacidades y verticalizaciones de los poderes de los fiscales", según el visitante. Aún "respetando las decisiones del poder político como húesped que soy de la Argentina, hago notar que la Justicia, en cualquier país, puede alcanzar su objetivo en cuanto es independiente con los órganos que la ejercitan, tanto jueces como fiscales. Estos últimos, totalmente independientes del Poder Ejecutivo". Más aún, cada fiscal "debe tener independencia interna, debe poder llevar su investigación y responder sólo a la ley", sostuvo el antiguo fiscal de Milán.


