"En Rosario un hombre irá a juicio por matar a un perro". El titular viajó por todo el país en octubre pasado a medida que se hacía pública la historia de Guazuncho, un perro comunitario de barrio Matheu, al que un vecino atacó hasta darle muerte. Y no es la única causa que espera el fin de la feria para llegar a juicio oral, también está avanzada la acusación de otro hombre por haber matado con saña a varios perros callejeros en la localidad de Arroyo Seco. Para investigar todos estos casos en el Ministerio Público de la Acusación se creó una Oficina de Maltrato Animal, una forma de dar respuesta a una problemática que las organizaciones animalistas juzgan "muy grave". Repasar las estadísticas de la oficina sorprende: durante el año pasado recibió en promedio dos denuncias por cada día hábil.
La ley de Protección Animal, más conocida como ley Sarmiento, considera un delito los malos tratos o actos de crueldad hacia los animales. Con la implementación del nuevo sistema penal en la provincia, se decidió crear un área específica para atender las denuncias que involucran a animales domésticos, ya que las causas relacionadas con ejemplares de fauna silvestre se tramitan en la justicia federal.
La oficina especializada que funciona en Montevideo 1968 no tiene antecedentes en otras provincias del país. Su creación "fue una decisión de atender una problemática grave, sobre la que no existe un registro claro ya que muchas veces la gente no se anima a involucrarse o en la comisaría no le tomaban la denuncia", señala Marina Pieretti, a cargo del área en la que trabajan otras dos personas y otras tantas colaboran ad honórem.
De acuerdo al cuarto informe de gestión de la Fiscalía Regional 2, desde abril pasado hasta fin de noviembre a la oficina de maltrato animal llegaron 317 denuncias. De estas, 98 fueron desestimadas, la mayoría después de constatar que los animales no corrían riesgo, pero en 46 casos se recolectaron las pruebas necesarias y se imputó a los agresores. Otras 21 denuncias fueron resueltas por conciliación y quince llegaron a mediación.
Según la experiencia de Pieretti, la mayoría de las denuncias tienen como protagonistas a animales domésticos, que reciben agresiones de personas o de otros animales. Las situaciones de perros que viven atados en casas, galpones o terrazas son las más frecuentes, también los que involucran el trato cruel a caballos, generalmente usados para el cirujeo y algunas intervenciones relacionadas con la organización de cinchadas.
"Realmente las denuncias son muchas", advierte la coordinadora de la oficina y considera que la misma creación de la oficina permitió hacer visible la problemática que "antes permanecía en los juzgados de instrucción o correccionales".
Educar o castigar.De las causas iniciadas este año, dos llegarán a juicio oral cuando concluya la feria judicial de enero. En el caso del perro comunitario de barrio Matheu, incluso, se aceptó la presentación de la Asociación Civil Protectora Rosario como querellante.
Para estos delitos se estipulan penas de entre 15 días y un año de prisión. Sin embargo, apunta Pieretti, "muchas causas se resuelven mandado a agentes de la sección perros de la policía a constatar el estado del animal, porque más que criminalizar el hecho o buscar medidas gravosas, lo importante es educar a las personas y concientizar sobre el cuidado que merecen los animales".
Por eso, en muchos casos, se imponen probations consistentes en brindar servicios comunitarios en el Instituto Municipal de Salud Animal.
Antecedentes. Sabrina Latino es presidenta del Instituto de Derecho Animal del Colegio de Abogados, secretaria de Protectora Rosario y una batalladora de causas relacionadas con animales. "Para las ONG proteccionistas la creación de una oficina dedicada a delitos de maltrato animal es excepcional. No obstante, creemos que debe mejorarse, necesita más capacidad de acción, más gente y más recursos", señala.
Hace tres años, la abogada consiguió que un juez condenara por maltrato al dueño de un criadero que funcionaba sin autorización en Valparaíso al 1100. Las mascotas, según se constató en el expediente, estaban en un lugar muy chico, en un tinglado armado en la parte trasera de la vivienda, en un estado deplorable, sin agua, sin comida, flacos, llenos de hongos y, obviamente, sin libreta sanitaria. La Municipalidad había clausurado varias veces el lugar, pero seguía funcionando.
Llegar a la sentencia, que aún no está firme, fue todo un logro. No muchos jueces aceptaban por entonces ponerle el pecho a estas denuncias. "Antes ni siquiera se hablaba de maltrato animal, o eramos pocas las locas que hablábamos de eso, pero ahora la sociedad no lo deja pasar", señala. El cambio, considera, tiene que ver con un cambio de conciencia dentro de la sociedad pero también con una decisión del Estado de atender esta problemática.
"Son dos cosas, el tema del maltrato animal hoy tiene más relevancia dentro de la sociedad y, además, el Estado ha empezado a ocuparse un poco más de esto", asegura.
Las mascotas, agradecidas.
"Todavía falta mucha educación"
Según se estima, casi el 80 por ciento de los argentinos tiene mascotas en su casa. Y los perros ganan ampliamente la batalla con los gatos 6 a 3. Rosario no es la excepción a la regla, basta detenerse en un semáforo o caminar por el parque para comprobar como "los bichos" comparten con sus dueños tanto auto como paseos y ni que hablar de la cantidad de locales para mascotas y la variedad de productos que ofrecen. Sin embargo, desde las proteccionistas advierten que "todavía falta mucha educación" para que la tenencia sea responsable y cuidadosa de los derechos de los animales.
"Hay gente que no tiene idea de lo que significa cuidar a un animal. Se compran un perro sin considerar antes el tamaño o el carácter que va a tener", asegura Maite Campagna, estudiante de veterinaria y una de las fundadoras de Animalistas de Rosario.
El grupo se formó hace tres años y medio con el objetivo de asistir a perros que viven en la calle, sobre todo en barrios vulnerables, rescatarlos, curarlos y entregarlos en adopción. El elenco estable son seis jóvenes, de entre 20 y 25 años, más otras que van y vienen prestan ayuda o un lugar en su casa para alojar transitoriamente a los animales. Los sábados a la mañana se las puede ver con sus pecheras azules en la peatonal Córdoba y Corrientes o por la tarde en Italia y el río. "Allí fomentamos la adopción y la tenencia responsable de animales, porque todavía falta mucha educación", explica.
Entre otros equívocos, señala, muchas veces se decide tener un animal sin considerar siquiera cuánto va a crecer y el espacio que va a necesitar para vivir. Tampoco se conoce, por ejemplo, que los perros pueden castrarse y que esto además de ser un excelente método de control poblacional reduce la agresividad con otros perros e incluso con humanos.
Sin embargo, reconoce, algunas cosas están cambiando para bien. "En estos tres años de trabajo dimos casi 250 animales en adopción. Y vemos también que hay muchas más personas paseando en los parques con animales adoptados y que está mejor visto adoptar un animal y no ir y comprarlo. Además, en las veterinarias y peluquerías caninas se ven muchos más perritos de raza castrados", afirma.