El gobierno venezolano invitó formalmente al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, para que participe en el diálogo que iniciarán el presidente Nicolás Maduro y la oposición política para acabar con las protestas contra el gobierno, según una carta del canciller Elías Jaua difundida ayer. Las protestas, que están por cumplir dos meses, ya dejaron 39 muertos. El encuentro se organizó con la facilitación de una misión de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y se espera que Parolin se convierta en un testigo de buena fe en el diálogo. Las reuniones comenzarán hoy, pero las declaraciones de ambos bandos después de que aceptaran iniciarlas lanzaron dudas sobre los eventuales logros, pues tanto Maduro como un sector de la oposición bajaron las expectativas sobre el diálogo.
Jaua dijo en la carta al Vaticano que Maduro convocó a una conferencia nacional de paz, con el fin de promover el diálogo constructivo, el entendimiento y la paz entre los distintos sectores de Venezuela. "Deseamos transmitir la invitación del presidente a su santidad, el Papa Francisco, con el propósito de que participe en los procesos de diálogo entre representantes del gobierno y la oposición venezolana, a través de la designación de su persona como testigo de buena fe para acompañar el amplio diálogo que actualmente se desarrolla en Venezuela y que cuenta con el acompañamiento de los cancilleres de la Unasur", dijo. Destacó que espera contar con la participación del representante vaticano en las conversaciones. Antes de que se materialice el encuentro, las posiciones expresadas por ambos lados apuntaron más a la confrontación que al acercamiento.
Maduro subrayó que en Venezuela "no hay una negociación, ni un pacto con nadie. Aquí lo que hay es un debate, un diálogo que es diferente". "Sería un traidor si me pongo a negociar la revolución (bolivariana), porque a mí no me pertenece este poder", dijo. Insistió en que las protestas forman parte de un intento de golpe para derrocarlo.
Capriles acudirá a la cita. A su vez, la oposición venezolana está dividida entre si participar o no en el diálogo, con varios de los partidos integrantes rechazando el encuentro si el gobierno no acepta un conjunto de condiciones previas como la liberación de presos políticos. El líder opositor Henrique Capriles confirmó ayer que acudirá al diálogo. "Le digo a nuestro pueblo: yo voy a defender la verdad, porque con la verdad ni temo ni ofendo. Se quiere abrir ese espacio, allá iremos", dijo el gobernador de Miranda. El secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, dijo que será vital para lograr el diálogo la amnistía para los detenidos y la conformación de unos poderes públicos, en especial el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Consejo Nacional Electoral (CNE), equilibrados.
Ausencias anunciadas. Por su lado, el partido Voluntad Popular, del encarcelado dirigente Leopoldo López, recalcó que no puede haber diálogo mientras haya presos políticos, persecución y represión. El partido dijo en una declaración que presentó a la Unasur un conjunto de peticiones en el que dejaba claro que el diálogo con el gobierno solo será posible si éste da muestras sinceras. Además, pidió el cese de la persecución política contra la disidencia, la transmisión en cadena de radio y televisión del proceso de diálogo y el compromiso de renovar los poderes públicos, entre otras. A su vez, el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, fue tajante: "No cuenten conmigo para un diálogo de foto".
La diputada María Corina Machado, quien fue desaforada por la mayoría oficialista, recalcó que no está de acuerdo con el diálogo como está planteado. "Creo en el diálogo que nos lleve a la transición democrática; en condiciones de igualdad entre las partes e incluyendo a todos los sectores del país", aseveró.
Si bien los acercamientos entre ambos bandos ayudarán al gobierno a enfriar las protestas callejeras, analistas creen que será difícil atacar el detonante, que es la crisis económica que atraviesa el país miembro de la Opep. Ayer, los manifestantes seguían en las calles, aunque sólo quedaban algunos focos de protestas en Caracas y algunas ciudades venezolanas, a diferencia de meses previos cuando cientos de miles inundaban a diario las principales arterias del país pidiendo la renuncia del sucesor del fallecido Hugo Chávez.
Embajadores
El gobierno de Estados Unidos no estudiará por el momento la propuesta de Caracas de restablecer un embajador venezolano en Washington porque eso "distraería" la atención sobre los actuales problemas del país sudamericano, que son internos y no bilaterales, dijo ayer a secretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, en el Congreso en Washington.