En una entrevista con LaCapital, el jefe de Gobierno porteño rechaza cualquier acuerdo de cúpulas con el Frente Amplio Unen, pero acepta que "los radicales que tienen liderazgo se aproximan, se sienten identificados con nuestra agenda". Revela que se terminó el tiempo de buena onda con la presidenta de la Nación, que ya no le atiende el teléfono, califica en 5 puntos la relación con Cristina y deja una sentencia: "Ya estoy en la segunda vuelta".
—Según muchos analistas del círculo rojo ese es el sueño de la presidenta...
—Sí, según el círculo rojo es el sueño de la presidenta, pero voy a gobernar la Argentina si la gente quiere un cambio, no por lo que elucubren el gobierno nacional y la presidenta.
—¿Este crecimiento de su figura que vislumbra en Rosario se repite en el resto del país?
—Sí, y con mayor fuerza. Durante estos últimos seis meses estuve recorriendo toda la Argentina y crezco semana a semana. Es un error decir que "Macri crece en las encuestas", lo que crece es la idea, que es mucho más fuerte que una candidatura. La idea de que el cambio es posible y que lo vamos a lograr para que venga otro tipo de política que ponga al Estado al servicio de la gente y no de los vivos.
—¿También cambió usted?
— Escucho eso, sí. Puede ser que ahora entienda más, que esta cercanía que hoy tengo con la gente me haya permitido aprender un montón. Puede ser...
—Muchos lo veían como una personalidad demasiado fría...
—La eficiencia no es ni será nuestra bandera. Aprendimos a administrar bien, a hacer obras buenas para la gente, que le cambien la vida. Esto lo hemos aprendido gobernando la ciudad y lo queremos poner en práctica si soy presidente.
—El gran déficit del PRO sigue siendo la ausencia de encarnadura en el principal distrito, la provincia de Buenos Aires.
—Para nada. Hoy tenemos dos candidatos a gobernador que compiten igual a igual con los de otros partidos: María Eugenia Vidal y Jorge Macri. En más de la mitad de los distritos tenemos candidatos a intendente con serias chances de ganar, que fueron militando todos estos años y que en las últimas elecciones en las que apoyamos al Frente Renovador ganaron sus distritos, aun ganándoles las internas a los candidatos puros del PJ. No se equivoque, también tenemos una propuesta competitiva en la provincia de Buenos Aires.
—¿Y cuáles son las razones por las que crece su candidatura a presidente?
—Porque hay un hartazgo con la sanata, con la promesa incumplida, con los relatos insuflados de ideología que son vacíos a la hora de las cosas concretas. Y porque la gente ve a un grupo que busca cosas distintas, que abreva en el concepto de que gobernar es cuidar, que gobernar es escuchar, armar equipos, alejarse de los personalismos, de los liderazgos mesiánicos. La gente observa que somos un grupo de gente mucho más normal, y quiere eso.
—¿No cree que no tener internas competitivas en las Paso lo puede debilitar?
—Le ofrezco un ejemplo concreto vinculado a su provincia: Del Sel no tuvo interna en 2011 y no le ganó a Bonfatti por un pelito, y creció en más de 3 veces la cantidad de votos de una compulsa a la otra.
—Al margen de la polémica en el FAU por la incorporación del PRO, ¿no es imprescindible que el no peronismo vaya con un solo candidato a las generales para ingresar al ballottage?
— Estoy seguro que voy a estar en el ballottage. La cantidad de gente que se ha mostrado a favor del cambio que proponemos asegura que ya estamos en segunda vuelta, y esta idea va a seguir creciendo. El futuro de la Argentina no pasa por un acuerdo de cúpulas, pasa por el compromiso de más argentinos para ser protagonistas.
—Pero al margen de acuerdo de cúpulas sí se están dando alianzas entre candidatos a intendentes del radicalismo y ustedes en algunas provincias.
—Los radicales que tienen liderazgo se aproximan, se sienten identificados con nuestra agenda. Pero respetamos lo que está haciendo Unen.
—¿Su candidato a vicepresidente será un dirigente del radicalismo?
—No lo veo, ¿por qué sería así? Será alguien de nuestro espacio, del PRO.
—¿Puede ser Gabriela Michetti su candidata a vicepresidente?
—Puede ser, sí, sería un lujo. Michetti hoy pinta como la que tiene más posibilidades de ser mi candidata a vicepresidente. Ella representa valores de sensatez, vocación de servicio, transparencia.
—Con la presidenta se los ve compartir muchos actos...
—Se nos vio...
—¿Se terminó la buena onda con Cristina?
—Todo eso lo hice para que los rosarinos —entre otros— puedan tardar media hora menos en el regreso a Rosario cada vez que van a Capital Federal. En medio de ese diálogo con Cristina se terminó la Autopista Illia. La anormalidad fueron los seis años en que no me atendió el teléfono. Lo que pasa es que, en matemática, cualquier número dividido cero da infinito, y entonces una relación que es cinco puntos, como antes era cero, parece infinitamente mejor. Pero en realidad mi relación con Cristina fue de cinco puntos.
—En el kirchnerismo comparan el procesamiento de Boudou con el suyo, y lo ofrecen como ejemplo de por qué el vicepresidente no debe renunciar. ¿Lo siente como una carga?
—No. A mí me procesaron y luego los porteños me reeligieron con el 64 por ciento de los votos, con esa calumnia y esa operación política sobre mi espalda. Además hubo dos fallos judiciales que revirtieron lo que se había dictaminado.
—La mayoría de los argentinos apoya la estrategia de negociación que Cristina lleva contra los fondos buitre. ¿Le sorprende?
—No es lo importante. Lo importante es que la gente no se quede sin trabajo, que no avancen más las suspensiones laborales producto de la recesión. Y ahí el gobierno no está haciendo nada, no sabe cómo hacer funcionar la economía. No me gusta lo que veo: se pasó de reducir horas extras a suspensiones y despidos. Es muy grave.
—¿El PRO crece en Santa Fe o está estancado?
—Del Sel puntea las encuestas a gobernador, y eso en la medida que presente su equipo a los santafesinos, integrada por gente respetada de la comunidad, hará que los santafesinos opten por un cambio que le ofrezca otra dinámica a la provincia. Son muchos años de socialismo. Santa Fe está estancada, y peor lo que le pasa a Rosario, son muchos años y hace falta una renovación, siempre es bueno renovar y renovarse.
—¿Está de acuerdo en que Del Sel renuncie a su banca de diputado?
—Es muy sano lo que plantea. La mayoría pide licencia para las campañas porque, de ese modo, tiene Plan B. Me parece bien lo que hará Miguel.