La comisaría 12ª estrenará en pocos días nuevas instalaciones. De su actual sede de Pedro Lino Funes 255, en barrio Ludueña, se mudará a un moderno edificio en Solís y Casilda. El lugar en el que hoy trabajan los policías es lamentable. El nuevo está en el medio de una villa de emergencia y el paredón perimetral ya fue tomado como tapial de apoyo por un par de viviendas precarias. Según remarcan los vecinos, "no es el mejor lugar para poner una comisaría. No creo que mucha gente se anime a llegar hasta acá a hacer una denuncia", remarcaron.
La seccional 12º se extiende de Avellaneda a Provincias Unidas y desde French hasta Córdoba, con una población que ronda los 70 mil habitantes. Para los vecinos, la nueva comisaría está quedando hermosa, pero no dejaron de señalar que está rodeada de asentamientos irregulares.
El nuevo edificio en Solís y Casilda forma parte del Plan Integral de Refacción y Construcción de Comisarías, que prevé la readecuación edilicia y funcional de 12 nuevas dependencias policiales y la refacción de otras 60, con una inversión unos 35 millones de pesos en todo el territorio provincial. Si bien no hay fecha de inauguración, la mudanza podría comenzar en las próximas semanas.
La flamante comisaría responde a un prototipo especialmente proyectado por el gobierno provincial, con 220 metros cuadrados de superficie, cocheras y frentes vidriados. Además de alojamiento provisorio para personas demoradas y las dependencias requeridas para el personal.
¿Qué deja atrás la mudanza? Vidrios rotos, iluminación insuficiente, patio abarrotado de objetos en desuso y motos desvencijadas. Desde la última evasión que se produjo en marzo de 2011, el lugar ya no recibe detenidos. Apenas pasan por allí quienes son demorados unas horas. Aunque eso ya sea mucho: la habitación está separada del patio apenas por una serie de rejas colocadas una sobre otra y adentro espera un colchón tirado en el piso y una silla plástica. "El baño, ni te lo muestro, entrás y te asfixiás", asegura uno de los uniformados.
Así describía el lugar en la edición de LaCapital del 12 de septiembre del año pasado, después de recorrer las cinco dependencias policiales incluidas en el "programa de construcción y readecuación edilicia y funcional de comisarías".
"Oscuras, con vidrios rotos, un solo baño para todo el personal, abarrotadas de motos abandonadas y, en algunos casos, también de detenidos. Así esperan su remodelación las cinco comisarías que ayer el gobierno provincial prometió reconstruir", expresaba la nota.
Pero había un detalle. El anuncio no generaba demasiada expectativas entre los vecinos y los uniformados. ¿Por qué? Según da cuenta la crónica, porque ya venía con retraso, ya que esas mismas obras se habían presentado en agosto de 2010.