Poco después de las 10 de la mañana, los vecinos de Ludueña Norte despidieron a Mercedes Delgado, la mujer asesinada a balazos al quedar en medio del fuego cruzado entre dos grupos de soldaditos de los búnker de venta de droga del barrio. Mechi fue sepultada sobre el mediodía en el cementerio La Piedad. La intendenta de la ciudad, Mónica Fein, hizo un espacio en su agenda para llegarse hasta el velorio: "Conocía a Mercedes y al equipo que trabaja ahí. Son mujeres que la pelean todos los días para que los chicos tengan un futuro y lo hacen solidariamente", contó. Esta tarde, a las 18, los vecinos de la voluntaria asesinada realizaran una marcha que peregrinará desde el centro comunitario "San Cayetano", ubicado en Gorriti y Garzón, hasta las puertas de la seccional 12ª, de Pedro Lino Funes 247 Bis.
Mercedes Delgado tenía de 50 años, seis hijos y una nieta pequeña. Trabajaba como costurera y militaba en una comunidad eclesial de base en el centro comunitaria "San Cayetano". Allí, junto a otras 110 madres del barrio, realizaba tareas en el comedor que brinda más de 400 raciones a los pibes Ludueña Norte. También daba clases de catecismo con el sacerdote Edgardo Montaldo. El martes poco antes de las 19, dos grupos de quioscos de venta de drogas que están en un radio de 200 metros dirimieron rencores en Bielsa y Garzón a balazos. Si bien los vecinos vinculan a estos grupos en pugnas al mundo de la venta de las drogas, el conflicto del martes no tendría que ver con disputas provenientes de ello.
Mechi había salido poco antes de trabajar en el "San Cayetano". Se fue a su casa, en Garzón 416 bis, y le pidió a su hijo de 14 años que fuera a hacer un mandado. Minutos más tarde escuchó varias detonaciones de arma de fuego. Delgado salió de su casa y corrió unos 30 metros hasta el cruce de Bielsa y Garzón, donde se tiroteaban. Un balazo le perforó la espalda y la derribó. Murió ocho horas después. Su cuerpo fue velado en salón del "San Cayetano", donde decenas de vecinos y voluntarios como Mercedes expusieron su dolor.
La intendenta. Hasta allí llegó la intendenta de Rosario el miércoles por la noche. Mónica Fein, quien también fue secretaria de Salud Pública municipal y concejal, dio sus condolencias a la familias y allegados de Mechi. Luego habló con la prensa: "Trabajamos con el centro San Cayetano, conozco al equipo que trabaja ahí, como a muchos otros centros comunitarios, que trabajan junto al Estado en muchas acciones solidarias. Vamos a seguir trabajando en el barrio para que se conozcan a los autores de este asesinato. Y vamos a profundizar con estas organizaciones sociales el combate contra la droga, que creo que es la base central de estas acciones violentas. Por eso fui ayer (por el miércoles) a comprometerme con ellos", indicó Fein.
En ese contexto de pesar, Jorge la pareja de la mujer asesinada, dijo lo suyo: "Mercedes trabajaba en el comedor y hacía de todo. La gente la quería mucho. Los que la mataron son los mismos que ella ayudó y les dio un plato de comida", expresó.
"Acá vivir se hace imposible. Como le pasó a mi mujer le pudo pasar a cualquiera. No hace muchos meses, en el mismo lugar donde la mataron a Mechi le pegaron un tiro en la panza a chico que no tenía nada que ver con estas peleas. Los que se enfrentaron son pibes que empiezan a tirotearse y nadie sabe hasta dónde van a llegar. El barrio es peligroso. De día, no te podés sentar en la vereda porque de un momento para el otro empiezan los disparos. Y de noche, no se puede andar", prosiguió.
Una voz general. La marcha en memoria de Mercedes de esta tarde expresa un pedido de auxilio comunitario. "Vamos a pedir, con respeto, que se haga algo por este barrio. Que la muerte de Mercedes sirva para demostrar lo que se vive con los problemas de la droga y la inseguridad que es cosa de todos los días. Ese es el mundo en el que nosotros vivimos", reflexionó una vecina ante el paso del cortejo fúnebre.