Los supermercados chinos ubicados entre las avenidas Francia, Pellegrini y el río, que sintieron de cerca los saqueos del año pasado, hicieron público su deseo de colaborar con las personas afectadas por la explosión de Salta 2141. "Lo hacemos porque nos sentimos parte de la ciudad", explicaron y dijeron que la ayuda se hará efectiva de acuerdo a lo que planteen los propios damnificados. Por lo pronto se encuentran definiendo cuál será el mejor formato, pero aclararon que ajustarán los detalles de acuerdo a lo que se les solicite.
Lim Ichen nació en Twain, desde donde llegó hace veinte años con su familia. Se siente y sabe argentina y fue la portavoz de la comunidad china que quiere sumarse para ayudar. "En nuestros comercios la relación es como la de un almacén, nos conocemos con los clientes", explicó y señaló que esa característica los diferencia de las megacadenas comerciales, donde los vínculos se vuelven más impersonales.
Por esta sensación de proximidad entre vecinos y porque saben cómo duelen las desgracias, ya que 35 comercios de sus paisanos fueron blanco del saqueo de diciembre del 2012, la comunidad china de la zona señalada manifestó su deseo de colaborar.
"Estamos viendo la forma de hacer efectiva la ayuda o si nos sumamos a otra movida solidaria", citó Lim. Rosario nuclea a la mayor cantidad de ciudadanos de nacionalidad china en la provincia, le siguen la ciudad de Santa Fe y los principales centros urbanos como Casilda, Cañada de Gómez, sólo por nombrar algunas localidades. Allí, los chinos tienen supermercados, restaurantes o trabajan como empleados.
Por ahora los convocados por Lim son los comerciantes de la zona centro que no fueron afectados por los saqueos, tal como sus pares Seguí al 6200 o Lamadrid al fondo, donde no quedó en pie ni siquiera un inodoro. "Arrancaron puertas y ventanas, les llevaron hasta las zapatillas, muchos enloquecieron y regresaron, porque habían pedido dinero prestado y eso para nosotros es un compromiso muy fuerte", relató Lim.
Caóticas. La mujer dimensionó ambas situaciones (saqueos y estallido) como caóticas. Salvando las distancias, para los compatriotas hubo una situación de devastación que los vulneró de la noche a la mañana. "Hay cosas que la ciudad nunca supo cómo fueron, qué daño causaron, los dejaron en la calle en todo el sentido de la palabra", explicó y dijo que en ese momento recibieron como ayuda municipal dos mil pesos por familias de seis integrantes y por un lapso de dos meses.
¿En esa oportunidad se sintieron solos? "Totalmente abandonados, fue como si hubiera pasado una guerra que no nos pertenecía; nos ofrecieron créditos. ¿Cómo los iban a pagar si estaban en la calle?", interrogó Lim y dijo que hay mucho prejuicio y mentiras sobre la comunidad china, como por ejemplo, que no pagan impuestos. "Queremos ayudar porque somos solidarios, nos sentimos parte de la ciudad, uno tiene que aprender a ayudar primero", comentó Lim después de hacer público el deseo de aportar en lo que puedan.