Los que zafaron de la acusación

Entre los ocho acusados que obtuvieron la falta de mérito, es decir que no hubo pruebas en su contra aunque sus causas siguen abiertas, sobresale el nombre de Gustavo Daniel "Gula gula" Pereyra, el comisario inspector y ex jefe de la Brigada de Delitos Complejos de la provincia que comanda Ana Viglione y que había sido acusado de pasar información a la banda para otorgarle impunidad y mantenerla avisada de posibles allanamientos. En su casa se hallaron cinco sobres con 100 mil pesos y su defensa, a cargo de Gonzalo Basualdo, alegó que los padres fueron dueños de la propiedad del restaurant Wembley y que el dinero era del cobro de alquileres. Es el único uniformado desligado del expediente.

Otro beneficiado es Emanuel "Gordo Ema" Chamorro, un barrabrava de Central ligado por escuchas telefónicas como supuesto abastecedor de drogas, lo que no llegó a probarse. También quedaron afuera del procesamiento Yoana N. Cantero, Jorge L. Orellana, Gustavo R. Pupo, César R. Marchetti, Nicolás A. Machuca y Jesús D. Gorosito.

Otras 16 personas que en algún momento prestaron declaración informativa o sobre quienes recayó algún grado de sospecha se vieron beneficiadas con el archivo de la causa. Es el caso de la empleada del Ministerio de Seguridad de la provincia Laura Saita, en cuya casa se encontraron fotos que la conectan con la familia Cantero. Ella dijo ser amiga de la esposa del apresado "Guille" Cantero pero negó otros vínculos con la organización.

También se archivó lo actuado respecto de Luis Orlando "Pollo" Bassi, sindicado como líder de un clan rival a los Cantero, y su ladero Milton Emanuel Damario, presos como ideólogo y ejecutor del crimen de "Pájaro" Cantero frente a un boliche de Villa Gobernador Gálvez.