Casilda.— Los 49 novillos que fueron sustraídos la semana pasada de un establecimiento rural de Bigand, como publicó La Capital, terminaron siendo faenados en un frigorífico de la localidad bonaerense de Escobar. Así lo indicaron a este diario fuentes de una investigación que derivó, al menos hasta ahora, en la detención de cuatro hombres: uno fue apresado en Buenos Aires; otro, al presentarse en el destacamento Los Pumas, ubicado en el cruce de las rutas 33 y 178, y los dos restantes en Casilda, mientras circulaban con un auto por Rivadavia al 1800.
Se trata de Hipólito L., de 61 años y domiciliado en General Arenales; Gustavo B. (43), de Capital Federal; Daniel Gerardo P. (47), de Funes, y Walter O. (43), de Los Toldos. Los imputados serían el encargado de efectuar la compra del ganado, un comisionista y dos transportistas, aunque no surgieron mayores detalles sobre el curso de la causa que se sustancia en el Juzgado de Instrucción en lo Penal de Casilda, a cargo de Silvia Nogueras.
No obstante, trascendió que, además de constatarse que la hacienda robada fue faenada, también habrían sido despachados y comercializados los cueros de los bovinos que ingresaron al establecimiento frigorifico Panamericana Exportadora, de Escobar, con una marca a fuego realizada por los ladrones, clave para el rastrillaje.
Si bien no fue confirmado, la Justicia ahora estaría centrando su mirada en la mecánica tanto del traslado de los animales como de su ingreso al frigorífico sin que nadie controle o advierta la confección de las guías que fueron adulteradas para el transporte de los novillos.
“Estamos en presencia de un delito complejo, porque se trata de un robo que tiene como fin un negocio trucho que pasa por varias manos”, comentó a La Capital un allegado a la investigación.
El episodio ocurrió entre la noche del martes y la madrugada del miércoles de la semana pasada en el campo La Helvecia, ubicado en Colonia La Adela, a unos 15 kilómetros del casco urbano de Bigand. Y la denuncia fue radicada en la comisaría local por el padre de los propietarios del campo donde se produjo el atraco, el productor Luis Enrique Majorel.
Para ingresar al establecimiento, los ladrones violentaron el candado de la tranquera y luego se tomaron el trabajo de marcar a fuego a los animales que sustrajeron, valuados en 150 mil pesos. Sin embargo cometieron un error. De los 62 holando argentinos que se encontraban en un lote para engorde sólo pudieron cargar, aparentemente en un camión jaula 49, dejando a siete de los 13 restantes con marcas de yerra identificadas con la insignia de la letra “A” que antes no tenían y que se convirtieron en una pista clave para facilitar el avance de la investigación.
Según una pesquisa, marcar y cargar los animales les llevó a los ladrones “no más de una hora”. Al salir del campo de 376 hectáreas tomaron las rutas de la zona en dirección hacia Escobar donde finalmente entregaron la mercadería en un frigorífico, que según trascendió “está en regla” para funcionar.
El caso, caratulado “robo calificado de ganado mayor”, es similar al ocurrido recientemente en un establecimiento rural de Melincué donde sustrajeron 90 cabezas que terminaron en un frigorífico de Dolores, donde la policía recuperó 46 vacas y restos de los animales que ya habían sido faenados.