Pegadito al escritorio de Estela de Carlotto está el de la vicepresidenta de Abuelas, Rosa de Roisinblit. Su menudo cuerpo encierra la potencia de una mujer de 94 años que en el 2000 logró recuperar a su nieto Guillermo, nacido en la Esma cuando estaba secuestrada su hija Patricia, quien continúa desaparecida. Tanto Rosa y Estela, como tantas otras abuelas, siguen en la búsqueda de ese abrazo postergado con los nietos que faltan. Casi 500 chicos fueron apropiados durante la última dictadura y ya son 110 los que recuperaron su identidad. Hubo complicidades con el terrorismo de Estado y silencios para que este siniestro propósito pueda concretarse. Cúpulas empresariales, mediáticas y hasta eclesiales facilitaron el plan sistemático de robo de bebés. También el mirar para otro lado de una parte de la sociedad. Estela misma ensaya una autocrítica sobre su mirada con los golpes previos al del 76.