Washington.— El presidente estadounidense, Barack Obama, abrió ayer una
inédita cumbre de 47 naciones para trabajar en un plan que mantenga las armas nucleares lejos de
las manos de organizaciones terroristas. El mandatario busca además el respaldo clave de China para
poder aplicar una nueva ronda de sanciones contra el polémico programa atómico de Irán.
En el primer logro concreto de la cumbre, Ucrania anunció ayer que planea
deshacerse en un plazo de dos años de su uranio enriquecido. Gran parte del material, que podría
servir para construir varias armas nucleares, saldrá del país este año, dijo el presidente Viktor
Yanukovich tras un encuentro con Obama. El mandatario estadounidense habló de un "paso
histórico".
Por el momento se desconoce a dónde se llevará el peligroso uranio. "EEUU y
Rusia jugarán un papel decisivo en ello", dijo el portavoz presidencial Robert Gibbs.
Señal positiva. Obama también sostuvo conversaciones con el presidente chino, Hu
Jintao, que de alguna forma determinarán si China está preparada para unirse a EEUU, Gran Bretaña,
Francia, Rusia y Alemania en una cuarta ronda de sanciones de Naciones Unidas contra Irán.
Teherán dice que su programa nuclear es pacífico y no busca construir armas,
pero potencias occidentales creen que su desarrollo atómico tiene encubierto el interés de fabricar
armamento.
La venia de Hu para asistir a la cumbre fue percibida como una señal positiva en
Washington, luego de que las relaciones chino-estadounidenses se tensaran por una reunión de Obama
con el Dalai Lama, la censura de China sobre Internet y la presión de la Casa Blanca sobre la
divisa china.
Diplomáticos creen que China podría querer apoyar las últimas sanciones contra
Irán, pero aún no estaba claro qué tan lejos iría Pekín para castigar a un país con el que tiene
importantes lazos económicos.
Tras la reunión entre Obama y Hu, fuentes de la Casa Blanca afirmaron que el
gobierno chino acordó que sus funcionarios trabajen junto a EEUU sobre una resolución de sanciones
de la ONU contra la República Islámica.
La posición de Brasil. Entretanto, el ministro de Defensa de Brasil, Nelson
Jobim, reiteró ayer que su país es partidario de "agotar las conversaciones" con Irán sobre el
conflicto nuclear, y remarcó la necesidad de dar "garantías" a Teherán de que no será atacado.
En el marco de una conferencia de prensa ofrecida en Washington, donde firmó un
acuerdo militar con EEUU, el funcionario también recordó que las sanciones contra Teherán por este
conflicto nunca han funcionado.
Irán, por su parte, desestimó la cumbre estadounidense y dijo que no sería
afectado por ninguna decisión que se tomara allí. "Las cumbres mundiales que están siendo
organizadas estos días tienen la intención de humillar a los seres humanos", dijo el presidente
Mahmud Ahmadineyad.
Agenda agitada. La cumbre de Washington es la culminación de un agitado período
de diplomacia nuclear para Obama. La semana pasada firmó un nuevo tratado para reducir los
arsenales atómicos de Rusia y EEUU, y además anunció unilateralmente que su país limitará su uso de
armas nucleares, un plan que fue atacado por críticos conservadores.
El mandatario está convencido de que organizaciones terroristas como Al Qaeda
están en proceso de asegurarse armas nucleares, y calificó esta situación como la mayor amenaza a
la seguridad nacional.
Un borrador del comunicado final de la cumbre muestra que los líderes se
comprometerán a trabajar para salvaguardar todo el "material nuclear vulnerable" dentro de cuatro
años y tomar las medidas necesarias para aplacar el tráfico nuclear.