Santiago.- El conflicto estudiantil que azota a Chile muestra todos los signos de agravarse. La policía reprimió ayer severamente a miles de estudiantes que trataban de marchar por el centro capitalino, pese a la prohibición de las autoridades. Los jóvenes querían manifestarse tras el fracaso de las negociaciones para reformar la educación chilena. Las conversaciones entre representantes del gobierno y del movimiento estudiantil quedaron estancadas el miércoles por la noche, cuando el oficialismo rechazó de plano que las universidades públicas sean gratuitas.
Alrededor de 10.000 jóvenes se concentraron ayer en la plaza Italia, escenario habitual de manifestaciones, para desafiar la prohibición oficial. Pero antes de comenzar la marcha, los camiones hidrantes y los gases lacrimógenos entraron en acción para dispersar a los manifestantes. La policía montada también cargó contra los jóvenes.
Una gran cantidad de agentes fue emplazada en el sector para impedir a la multitud marchar, y luego de la dispersión la policía extendió su represión hacia establecimientos universitarios cercanos, donde se habían refugiado algunos estudiantes.
"Más brutal". Un grupo de dirigentes estudiantiles, entre ellos la presidenta de la Federación de la Universidad de Chile y vocera del movimiento, Camila Vallejo, intentó encabezar la marcha con un cartel que proclamaba "Unidos con más fuerza". Pero la policía les lanzó potentes chorros de agua y luego gases lacrimógenos.
La joven dirigenta comentó posteriormente en Twitter que "después de cinco meses movilizados seguimos con más de lo mismo y continúa la represión más brutal que nunca". En otro mensaje sostuvo que "la violencia de hoy no tiene precedentes". Finalmente Vallejo llamó a un "caceroleo" nocturno.
Los disturbios en la capital se prolongaron por varias horas y afectaron el tránsito y las actividades en el centro de la ciudad. La Intendenta de Santiago, Cecilia Pérez, informó que 132 personas fueron detenidas y que cinco civiles y 25 policías resultaron heridos.
Contra la prensa. La prensa tampoco escapó de la severidad policial y varios periodistas resultaron lesionados. Luis Narváez, del canal privado Chilevisión, fue detenido por reclamar por una agresión a su camarógrafo. También el fotógrafo del Diario Financiero Fernando Siedler relató que fue detenido momentáneamente mientras los policías borraron las imágenes que reflejaban la represión.
Por su parte, el vocero del gobierno Andrés Chadwick, quien se encontraba en La Serena, 480 kilómetros al norte, sostuvo que hubo un grupo que se propuso generar violencia y que la protesta estudiantil está controlada "por los grupos más extremos".
Sin acuerdo. La de ayer fue la protesta número 37 contra el gobierno de Sebastián Piñera desde que se inició en abril la rebelión de los estudiantes secundarios y universitarios -respaldados por el Colegio de Profesores- contra el modelo educacional chileno.
El miércoles se efectuó la primera reunión formal entre representantes del gobierno y del movimiento estudiantil, en la que se debía abordar el polémico tema de la gratuidad en la educación y el fin del lucro.
Sin embargo, como ya lo había anticipado el presidente Sebastián Piñera a fines de la semana pasada, en la reunión encabezada por el ministro de Educación, Felipe Bulnes, el gobierno no estuvo dispuesto a terminar con los aportes estatales a establecimientos con fines de lucro.
"No es una política justa, sino que es regresiva, que los pobres subsidien la educación de los más ricos pidiendo gratuidad para todos", sostuvo el ministro de Educación tras el fracaso de la reunión.
Camila Vallejo refutó los argumentos oficiales en una rueda de prensa celebrada ayer, poco antes del intento de manifestación. "El gobierno ha dicho que no quiere que los más pobres financien a los más ricos. Nosotros tampoco queremos que los pobres financien a los más ricos, sino que los ricos financien a los pobres y a los sectores medios, y eso se logra a través de una reforma tributaria", afirmó la dirigente.
Por su parte, el presidente de los estudiantes de la Universidad de Santiago, Camilo Ballesteros, manifestó que el gobierno ha sido intransigente y que "incluso nos ha presionado para poder quebrar esta mesa, que finalmente va a estancar un proceso para generar un cambio real".
Las demandas. Los jóvenes esperan lograr al menos educación universitaria gratuita para el 60 por ciento de la población más pobre. El gobierno sólo acepta otorgar becas para un 40 por ciento de los universitarios más pobres, ofreciendo créditos con bajas tasas de interés para los demás.
En Chile algunos estudiantes salen de las universidades públicas con deudas de hasta 50.000 dólares, en un país donde la mitad de los hogares tienen ingresos mensuales inferiores a 1.000 dólares.