"Juventud" - El tiempo, divino tesoro
"Juventud" - El tiempo, divino tesoro
Calificación: ****. Intérpretes: Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Roly Serrano y Jane Fonda. Dirección: Paolo Sorrentino. Género: drama. Salas: Showcase.
“Juventud” es la segunda película en inglés de Paolo Sorrentino, el director italiano que hace dos años se llevó un Oscar a mejor película extranjera por “La gran belleza”. Ahora hay más ojos mirando el cine de Sorrentino, un director que divide aguas, sí, pero que tiene un sello inconfundible. Nadie filma como él, y pocos contemporáneos tienen una filmografía tan intensa y pareja. En ese sentido “Juventud” es una continuación más llana de “La gran belleza”. En aquella película Sorrentino remitía a “La Dolce Vita”, y ahora sigue su derrotero fellinesco en un ambiente que recuerda a “8 y 1/2”: un lujoso hotel-spa en medio de los Alpes. Aquí la cámara se centra en dos viejos amigos (Michael Caine y Harvey Keitel). El primero es un famoso director de orquesta que no quiere volver a la música. El otro es un cineasta que pretende escribir su última película. En el medio hay una actriz veterana fuera de sí (Jane Fonda) y un imperdible jugador de fútbol en rehabilitación (Roly Serrano), una figura inspirada en Maradona. En una atmósfera entre nostálgica y onírica, Sorrentino reflexiona sobre el paso del tiempo con estos personajes que transitan como pueden el deterioro físico y los fantasmas del pasado. Y lo hace con ternura, humor y serenidad, sin sermonear ni caer en golpes de efecto. Es cierto que a los diálogos les falta brillo, pero el director compensa con un espectáculo visual que se vuelve íntimo en su significado y queda pegado a la retina.
Por Carolina Taffoni / Escenario
"Recuerdos secretos", las trampas del nazismo
Calificación: ****. Intérpretes: Christopher Plummer, Martin Landau, Dean Norris, Jurgen Prochnow, Bruno Ganz. Dirección: Atom Egoyan. Género: Drama. Salas: Del Centro, Hoyts, Monumental, Showcase.
Enigmática, inquietante y con gran brillantez narrativa, “Remember”, la nueva película del cineasta armenio Atom Egoyan protagonizada por el ganador del Oscar Christopher Plummer se consolida como una de esas obras que hay que saber apreciar. El filme que se presentó en los Festivales de Cine de Venecia, Toronto, Londres y Mar del Plata, donde obtuvo excelentes críticas, se destaca por su sutileza y precisión. El filme narra la búsqueda de venganza de un sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz, logrando un relato lacrimógeno de principio a fin. Y, tal como su título lo indica, invita a recordar quiénes somos detrás de las máscaras y a reflexionar acerca de los estragos que puede causar el trauma en el cerebro. “¿Ruth? ¿Ruth?”, dice Zev Guttman –excelente interpretación de Plummer– cuando se despierta y llama a su esposa sin recordar que falleció unos días atrás, allí, en el mismo asilo en el que pasó junto a él sus últimos años. Zev sufre el avance de una demencia senil que no le impedirá salir a impartir justicia: ahí afuera, en algún punto de Norteamérica, está el guardia nazi que setenta años atrás asesinó a su familia, perversamente escondido bajo el alias Rudy Kolander. Una vez fugado, Zev se debatirá entre la justicia y la venganza, decidido a cumplir su misión y develando cómo el tiempo y el trauma se reflejan a través de las generaciones. Contada en un presente constante, con el pasado latiendo en paralelo, “Remember” es un inteligente thriller en el que las sorpresas, al igual que la tensión, ponen al espectador en jaque constantemente.
Por Luciana Boglioli / Escenario
"Regreso con gloria", contra la fuerza, el ingenio
Calificación: ****. Intérpretes: Bryan Cranston, Helen Mirren, Diane Lane y David James Elliott. Dirección: Jay Roach. Género: Drama. Salas: Del Centro, Showcase y Village.
“Regreso con gloria” no es una película más sobre el macartismo. La censura instaurada en Hollywood en la posguerra fue un capítulo para olvidar de la industria. Cientos de actores, actrices y directores fueron puestos en listas negras o cedieron a las presiones del Comité del Congreso que investigaba las llamadas “actividades antinorteamericanas”. Entre todos ellos hubo algunos que encontraron la vuelta y pudieron trabajar. Dalton Trumbo estuvo en ese grupo. Fue uno de los guionistas más cotizados, ganador de un Oscar secreto, simpatizante de izquierda que proponía compartir las ganancias de los estudios con actores y técnicos. Sus ideas pronto generaron sospechas, lealtades y traiciones. Esa es la historia que cuenta “Regreso con gloria”, pero no lo hace al modo de un biopic clásico, acentuando los momentos dramáticos y subrayando las virtudes. Al contrario, tanto el guionista como el director se permiten altas dosis de ironía. Una minuciosa reconstrucción de época se suma a una narración rigurosa y con tramos de material de archivo, que solo al final se permite unos minutos de retórica sensiblera, lo que no le resta mérito a un filme que en la última entrega de los Oscar pasó casi inadvertido, con excepción de su protagonista. El 90 por ciento de la responsabilidad recae en Bryan Cranston, el mismo actor de “Breaking Bad”. El intérprete, ganador de cinco Emmy por esa serie y candidato a un Oscar por su trabajo en “Regreso con gloria”, da una nueva muestra de su capacidad de transformación con un delicado equilibrio entre el idealista defensor de los derechos laborales y el buscavidas que usa su ingenio para tomar los atajos que le permitan seguir trabajando una vez que su apellido, como el tantos, se transformó en tabú.
Por Rodolfo Bella / Escenario
Por María Laura Neffen
Por María Laura Favarel