"Everest" ****
"Everest" ****
Intérpretes: Jason Clarke, Josh Brolin, John Hawkes, Robin Wright, Emily Watson y Jake Gyllenhaal. Dirección: Baltasar Kormákur. Género: Suspenso. Salas: Monumental, Showcase, Hoyts y Village.
Escalar el Everest es la máxima ambición de todos los montañistas. Es la aventura soñada pero también puede convertirse en una trampa mortal. “Everest”, la nueva película del islandés Baltasar Kormákur (“Dos armas letales”, “Contrabando”), reconstruye la historia real de una accidentada expedición a la montaña más alta del mundo que ocurrió en mayo de 1996. Con sus aires de superproducción en 3D y su elenco de primeras figuras (Jason Clarke, Josh Brolin y Jake Gyllenhaal, entre otros), “Everest” podría pasar como una película más de cine catástrofe con aspiraciones en la taquilla. Pero no es así. Kormákur filma la aventura y la odisea de este grupo de montañistas con un realismo seco y crudo, sin efectismos, y se acerca por momentos a un tono documental. Es cierto que en algunos tramos sacrifica el ritmo cinematográfico, aunque en este caso “menos es más”. Un mérito de la película es estar desprovista de vicios hollywoodenses: es clara y rigurosa, sin trampas ni vueltas de tuerca; no presenta a sus protagonistas como héroes ni como mártires; no abusa del flashback ni de la frase hecha y tampoco tiene pretensiones de grandes metáforas. Con una narración rigurosa, espectaculares tomas aéreas y un uso realmente eficaz del 3D, el director muestra la pequeñez de la obsesión humana frente a la belleza brutal y amenazante de la naturaleza. En ese contrapunto apoya toda la tensión dramática y acierta.
Por Carolina Taffoni / La Capital
"El gran secuestro de mr. heineken" **
Intérpretes: Anthony Hopkins, Jim Sturgess, Sam Worthington, Ryan Kwanten y Jemima West. Dirección: Daniel Alfredson Género: thriller. Salas: Monumental, Showcase, Hoyts y Village.
El gran secuestro de Mr. Heineken” es un modesto thriller que intenta explicar el secuestro real del magnate de la cervecera holandesa (Hopkins) y su chofer. El relato se centra en las vidas de los cinco jóvenes delincuentes, los “paso a paso” de su temible juego de ajedrez en una bellísima Amsterdam, desde los preparativos del secuestro, luego el cautiverio, el cobro del millonario rescate hasta el desenlace. A favor: todo muy sencillo pero sin perder nunca el suspenso.
Los puntos flojos de la película son los que están fuera del thriller y, encima, el relato hace bastante hincapié en los mismos: los vínculos afectivos y de amistad entre los delincuentes, el noviazgo de uno de ellos con la hermana de otro del quinteto y el frustrado intento de reflotar una microempresa. En estos puntos, el relato se vuelve endeble y, sobre todo, vacuo.
Hopkins, con un par de tics simpáticos y gestos pareciera que le alcanza y sobra para darle encarnadura a su Heineken, quien es de suponer que además de millonario era bastante canchero. El resto del elenco está correcto, y hasta uno podría creer que son holandeses. Una película menor que, seguramente, si la hubieran hecho para televisión habría tenido mayor fortuna. Pero esto ya es harina de otro costal.
Por José Cavazza / La Capital
"Mi amiga del parque" ****
Intérpretes: Julieta Zylberberg, Ana Katz, Maricel Álvarez, Mirella Pascual, Malena Figó y Daniel Hendler. Dirección: Ana Katz. Género: Drama. Salas: Monumental, Showcase y Village.
En medio de una industria cinematográfica signada por la impronta masculina, Ana Katz (“El juego de la silla”, “Una novia errante” y “Los Marziano”) ofrece una película profunda e íntima sin eufemismos. “Mi amiga del parque” es el cuarto largometraje de la directora argentina y se centra en la historia de Liz (Julieta Zylberberg), que acaba de ser madre de Nicanor y debe arreglárselas sola ya que su marido (Daniel Hendler) está trabajando en el sur y sólo está presente a través del Skype. En medio de una crisis existencial, Liz va al parque y conoce a Rosa (interpretada por la mismísima Katz), presunta madre de una bebé, que la envolverá en una relación extraña y posesiva junto a ella y su hermana Renata (Maricel Alvarez). Zylberberg, una de las protagonistas de “Relatos salvajes”, es perfecta para el papel ya que le aporta realismo, crudeza, es muy genuina en sus expresiones y llega al espectador sin obstáculos. Liz acarrea la angustia de una madre primeriza, con sus inseguridades e ingenuidades, y lucha constantemente por crear su propio universo de la maternidad, mezclando las enseñanzas de sus antecesoras con su propia experiencia. Así, durante 84 minutos, katz retrata el día a día y los quehaceres cotidianos de un grupo de madres de una manera simple y real. Muestra cómo en el transcurso de cómo afrontar la propia maternidad, estas mujeres imperfectas van tejiendo relaciones con otras en su misma situación. Una película impecable que habla de las primeras impresiones y de cómo nos paramos ante los demás. ¿Es posible superar el miedo y la desconfianza ante la necesidad de sentirse acompañado? Esos interrogantes tan ordinarios como complejos, que resultan los más difíciles de responder, intentan ser develados en este filme.
Por Luciana Boglioli / La Capital