Los comerciantes del paseo Echesortu proponen una inédita modalidad de estacionamiento medido con reintegro para paliar la evidente escasez de lugar donde aparcar en el corazón del barrio. La iniciativa, que presentaron ante el Ente de la Movilidad, se plantea como prueba piloto por seis meses para alentar la rotación de los vehículos que hoy taponan calle Mendoza y que, paradójicamente, en su gran mayoría pertenecen a los propios dueños de locales. Por eso la propuesta de cobrar el parking se limitaría a esa arteria, desde Lima a Iriondo, reintegrable a quienes compren en los negocios adheridos al proyecto.
En el municipio ayer hubo silencio de radio sobre el tema, pero el vicepresidente del Ente de la Movilidad, el concejal Osvaldo Miatello, admitió que aunque es cierto que la zona está saturada convendría estudiar otras "alternativas". La radical María Eugenia Schmuck, en cambio, recordó que el centro de Alberdi ya hizo un planteo similar y adelantó que presentará un proyecto integral (ver aparte).
La propuesta cuenta obviamente con el visto bueno de la Federación Rosarina de Paseos Comerciales, cuyo titular, Fabio Acosta, recordó ayer que la "baja rotación vehicular" en los centros barriales "está perjudicando su accesibilidad" y "supera lo rentable", ya que muchos automóviles —básicamente de vecinos y dueños de locales— transcurren más de seis horas diarias estacionados en el mismo lugar.
El proyecto —en rigor, una versión aggiornada de otro del 2007— es que el sistema no engrose las arcas del Estado municipal ni de un concesionario, sino que los recursos generados "sean reasignados al mejoramiento del paseo", dijo Acosta.
El presidente del Paseo Echesortu, Saúl Eluk, aseguró que "el 80 por ciento del éxito de los shoppings se debe a que garantizan el estacionamiento a sus clientes", una desventaja con la que corren los centros comerciales barriales que, debido a la "explosión del parque automotor", no pueden ofrecer ese beneficio.
El dirigente sacó cuentas. Como la propuesta es que se instrumente un sistema de estacionamiento medido reintegrable a lo largo de diez cuadras sobre Mendoza, de Lima a Iriondo, estimó que en ese trayecto aparcan unos 200 vehículos, a razón de 20 cada cien metros. De ellos, calculó, "unos 150" son de los propios dueños de locales y vecinos.
Por eso, aseguró, pensaron en un sistema que funcione como "premio-castigo", a un costo de 5 pesos la hora. A los clientes que compren en los negocios adheridos del paseo (identificados con un logo) se les reintegraría el monto, mientras que a quienes estacionan allí consuetudinariamente se los obligaría a buscar otras alternativas: aparcar en calles laterales o llegar a sus trabajos en taxi o colectivo, "como hacen la mayoría de los que van al centro".
Entre las 13 y las 15, horario pico de banco y cuando la mayor parte de los 500 locales de Echesortu cierran, el estacionamiento quedaría liberado o con tarifa diferencial.
"Así lograríamos que en los pocos lugares que hay para estacionar se diera rotación de vehículos", pronosticó Eluk, con el beneficio de sumar clientes al ya movido centro .
Para el dirigente, el problema no es exclusivo de Echesortu, sino que "pasa cada vez más en toda la ciudad y afecta a los cerca de 10 mil comercios" que integran los centros barriales rosarinos.
Pero la propuesta no arrancó inmediatos aplausos en la Municipalidad. De hecho, desde la Secretaría de Servicios Públicos nadie aceptó adelantar opinión.
El que sí se atrevió a darla fue el vicepresidente del Ente de la Movilidad e integrante de la comisión de Servicios Públicos del Concejo, el justicialista Miatello, quien dijo "compartir el diagnóstico del problema con los comerciantes", pero no su estrategia para resolverlo.
"Es real que Echesortu está saturado, pero así como se plantea no acuerdo con la iniciativa", anticipó, convencido de que sería poco equitativo ya que "supone que se le reintegre el costo del estacionamiento a quien va a comprar al paseo, pero no al que va al médico". Por eso, comparó la iniciativa con una "cochera privada" a medida de los comerciantes. "No me convence, habría que encontrarle la vuelta para que apunte al interés común", dijo.
Para Schmuck, en cambio, el proyecto de Echesortu es tan similar al que hace unos meses presentaron los comerciantes de Alberdi que habría que buscar una solución global: por ejemplo, un "sistema de estacionamiento medido no concesionado, manejado por el Estado, cuyos ingresos vayan a parar al mejoramiento de los mismos centros barriales".