En la elección de concejales del domingo pasado, el Frente Progresista no pudo revalidar los créditos que llevaron a Mónica Fein al Palacio Municipal hace dos años, cuando se impuso en todos los barrios de la ciudad. Como en aquella oportunidad la seccional 3ª (el triángulo comprendido entre el bulevar Oroño, la peatonal Córdoba y el río) fue donde la lista a concejales liderada por Miguel Angel Cappiello cosechó la mayor cantidad de votos y se ubicó cómodamente primero entre los tres más votados; aunque quedó relegado al segundo puesto en las barriadas recostadas sobre los extremos de la Circunvalación.
El análisis del voto de cada una de las seccionales electorales, a un día de la elección de medio término, volvió a instalar la repetida teoría que adjudica a la gestión socialista un apoyo indiscutido en el centro de la ciudad, preferencia que disminuye a medida que los centros de votación se alejan de los bulevares.
Lo cierto es que los casi 143 mil votos que instalaron a Cappiello como el candidato más votado, contra 103 mil de la lista del Frente para la Victoria liderada por Héctor Cavallero y los 95 mil del PRO, con Anita Martínez a la cabeza, no se repartieron en forma pareja en todo el territorio rosarino.
De las 22 seccionales electorales, el Frente Progresista se impuso en 16, mientras que en otras seis, del noroeste y el sudoeste de la ciudad, se instaló detrás del FpV. En Empalme Graneros, marcado por la actuación de militantes justicialistas en el Nunca más Inundaciones (Numain), la diferencia a favor de la lista liderada por Héctor Cavallero fue de casi 10 puntos.
Con menor distancia, en las seccionales 17ª, 18ª, 19ª, 21ª y sub 2ª también se impuso el referente del Partido del Progreso Social. En todos esos barrios, de geografías complejas que se recuestan sobre los extremos norte y sur de la avenida de Circunvalación, Cappiello quedó segundo. La tercera lista más votada fue la de Unión PRO Santa Fe Federal, liderada por Anita Martínez.
Desde el Partido del Progreso Social se intentó explicar estos resultados a partir del "retiro" de la gestión socialista en estos territorios, la falta de obras públicas y la ineficiente prestación de servicios. Sin embargo, observar el comportamiento electoral de otros distritos permite poner en eje cuestiones relacionadas a la pertenencia ideológica, por sobre la valoración de la gestión municipal.
Por ejemplo, en las tres seccionales del área central de la ciudad (1ª, 2ª y 3ª) el socialismo mantuvo la preferencia de votantes con porcentajes que oscilaron entre el 33,9 y el 35,5. En esos mismos tres distritos electorales, el PRO y el Frente para el Cambio, de Jorge Boasso, quedaron en segundo y tercer lugar, con el 16 y 17 por ciento respectivamente. Al FpV le tocó el cuatro, con apenas un 10 por ciento de los sufragios.
Un comportamiento similar al ostentado por los votantes en otras seccionales del macrocentro (como la 5ª, 6ª y 7ª). En cambio, en barrios del sur y el oeste de la ciudad (como la seccional 4ª, Tiro Suizo, General San Martín, Belgrano, Bella Vista o Ludueña), detrás de la lista de concejales del Frente Progresista quedaron los candidatos del FpV con un diferencia entre ambos mucho más escasa que la exhibida entre los bulevares.
En las seccionales ubicadas sobre la costanera norte (la 8ª, 9ª y 10ª), el socialismo revalidó la preferencia ya ganada en otros comicios. En las dos primeras fue escoltado por el PRO; en la 10ª por el FpV.