Alemania comienza a sentir los coletazos de la crisis. En el último año y medio, los germanos se opusieron a los planes para combatir la crisis de Europa ayudando a vecinos endeudados con miles de millones en fondos de rescate y crédito adicional.
Alemania comienza a sentir los coletazos de la crisis. En el último año y medio, los germanos se opusieron a los planes para combatir la crisis de Europa ayudando a vecinos endeudados con miles de millones en fondos de rescate y crédito adicional.
Mientras tanto, Alemania vadeó la crisis relativamente ilesa, registrando un excelente crecimiento económico, con compañías como BMW AG Daimler AG consiguiendo jugosas ganancias y el desempleo a su nivel más bajo en años.
Ahora, con las Bolsas de valores desplomándose, el principal miembro del bloque está comenzando a sentir los efectos de la baja económica continental y global, con las compañías alemanas sufriendo una reducción en la demanda de sus productos.
El aumento de las presiones de la influyente industria alemana pudiera hacer más difícil para la canciller Angela Merkel seguir resistiendo las medidas en Europa: un cambio con ramificaciones potenciales para los esfuerzos para sacar al continente de la crisis.
Desde el 22 de julio, un día después que la eurozona decidió dar nuevos poderes a su fondo de rescate, pero se negaron a extender sus dimensiones, la Bolsa alemana cayó 19 por ciento. Eso es peor que el 13 por ciento sufrido por el FTSE 100 en Gran Bretaña o el 17 por ciento en el CAC-40 francés.
Sin embargo, el gobierno de Merkel no parece estar listo para tomar un papel aún mayor en el combate a la crisis.
Existe "una cierta inquietud, para no decir descontento", con el lento paso de la implementación de importantes decisiones financieras y económicas, Ralph Wiechers, economista de VDMA, una asociación que representa a unas 3.000 compañías en Alemania.
Por Alicia Salinas
Por Nachi Saieg
Por María Laura Neffen