El ministro de Justicia y Seguridad de la ciudad de Buenos Aires, Guillermo Montenegro, uno de los hombres fuertes dentro del equipo de trabajo de Mauricio Macri (PRO), estuvo en Rosario para brindar una serie de charlas sobre el “Voto Electrónico” y “Narcotráfico, Justicia y cambios legislativos”. Desde su rol de especialista, destacó que “lo que ocurre en Rosario no está por fuera de lo que sucede en la Argentina”, remarcó que “la inseguridad no es una guerra perdida, si hay decisión política para enfrentarla”, y, como creador de la Policía Metropolitana, confió que esos agentes cuentan con Osde como obra social, y que el sueldo inicial ronda los 18 mil pesos. Aunque aclaró que “lo más importante es que la política respalde al policía que trabaja bien. Además de Osde, además de un buen sueldo, hay que cuidarlos y deben sentir un firme respaldo político”.
—¿Cómo analiza la problemática de la inseguridad en Rosario?
—Rosario no está por fuera de lo que ocurre en la Argentina. Sí tiene una complejidad geopolítica por su ubicación en el territorio, en lo que tiene que ver con la droga y el narcotráfico. Pero es un problema que tiene que ser definido claramente desde el gobierno nacional. La droga que llega a Santa Fe, no se produce en Santa Fe. Es el gobierno nacional el que tiene que cuidar las fronteras y evitar que la droga llegue a los ejidos urbanos. Eso no se está haciendo, por eso nosotros planteamos la creación de una Agencia contra el Crimen Organizado, que actúe específicamente en materia de narcotráfico.
—¿De qué manera funcionaría esa agencia?
—Debería estar constituida por un director por fuera de la política. Elegido por el presidente, pero con acuerdo del Senado. Y que el tiempo de su mandato sea superior al mandato presidencial, por si tiene que investigar al gobierno de turno. Además, hay que buscar herramientas procesales para generar una mayor respuesta en la lucha contra el narcotráfico. Para eso debe haber una concientización de la Justicia.
—¿Cómo debe ser la lucha contra la droga?
—Hoy un chico consume droga a los 8 años, entra en el mundo delictivo a los 11 y empieza a ser un soldadito de la droga a los 12. Por otro lado, aumentó exponencialmente el nivel de violencia en los delitos. Eso tiene que ver con la droga y sus consecuencias. A la droga hay que entrarle por abajo y por arriba, pero con una fuerte decisión política. Y todos los argentinos tenemos que trabajar en este problema, atendiendo que es una de las mayores deudas que tiene la democracia.
—¿Se requieren políticas más duras contra estos flagelos?
—Lo que pasa es que a veces emparentan estas políticas con la derecha, y no es así. Me parece que tiene que ver con no tener miedo de tomar decisiones políticas. Hay que tener en claro que el objetivo es que la gente viva en libertad. Y que esta problemática afecta más, a los que menos tienen.
—¿Cómo se debe formar y desarrollar una policía efectiva?
—Hay cosas que no se pueden hacer, que la política le gane a los resultados. No hay que buscar ganar una elección haciendo políticas públicas de seguridad. No se pueden poner 500 patrulleros sin motor, 300 policías que no fueron bien capacitados o utilizar al Ejército en la lucha con el narcotráfico. Esto debe ser afrontado seriamente. No se pueden inventar cosas para que la gente nos vote. No se puede preparar un policía en 3, 4 ó 5 meses, no se puede utilizar al Ejército para luchar contra el narcotráfico, porque no está preparado para eso. Hay que ser muy cuidadosos. Si no se tienen en cuenta estas premisas, las consecuencias pueden ser muy peligrosas.
—¿Un policía de la Metropolitana tiene cobertura social de Osde y cobra alrededor de 18 mil pesos iniciales?
—Sí, pero lo más importante es que la política respalde al policía. Y que los tipos sientan que los vamos a defender cuando hagan bien las cosas. Y que vamos a exigir que se vayan, si hacen mal las cosas. Además de Osde, además de un buen sueldo, hay que cuidarlos y deben sentir un firme respaldo político, para que se sientan parte importante de la sociedad.
—Parece instalado que la policía es parte del problema, ¿qué se debe hacer para que se convierta en parte de la solución?
—Hay que generar un cambio de paradigma policial. Y esto tiene que ver con entender que el policía da hasta la vida por alguien que no conoce. Y nosotros, desde la política, no lo estamos cuidando como corresponde. Hay que capacitarlos bien, equiparlos bien, pagarles bien y exigirles mucho.
—Usted fue fiscal federal, juez federal y ahora ministro de Seguridad. ¿Desde qué lugar se debe empezar a cambiar las políticas de seguridad?
—Esto es como una carrera de autos. A vos te dan el mejor auto, pero tenés que tener un buen piloto, y nafta. Hay que tener una buena legislación, una buena policía, y una buena Justicia. Son las tres patas de esta mesa. Sin una de estas patas, hay una seria complejidad. Si tenemos una buena policía, con la legislación actual, se puede ayudar al Poder Judicial. Porque si el procedimiento es claro, fue filmado, y bien hecho, no deja ninguna posibilidad a que aparezcan fallos incorrectos.
—¿En qué estado se encuentra hoy la lucha contra la inseguridad? ¿Es una batalla perdida?
—Esto es una guerra, sobre todo contra el narcotráfico. En una guerra hay batallas, y allí hay muertos de los dos lados. Eso hay que tenerlo claro. No es una guerra perdida, si hay decisión política para enfrentarla. Hoy estamos perdiendo la batalla porque no se advierte una decisión política de que cambie. Estamos enfrentando a un enemigo difícil, pero estoy convencido de que se le puede ganar. Hace falta decisión política y poner la gente que corresponde a trabajar en el tema.