Hay nombres que quedan estigmatizados en una determinada época. Y melodías que desafían el paso del tiempo. Richard Clayderman y "Balada para Adeline" van de la mano y obligan a un flashback hacia la última mitad de los años 70, en la que confluía un difícil momento político en la Argentina con el auge del hipismo mezclado con Led Zeppelin y Palito Ortega. En ese contexto, la rubia cabellera de Clayderman y sus melodías amables abrían el juego. "Quizás en aquel tiempo haya sido más romántico, con mi largo pelo rubio, y dio más impacto, pero la música fue esencial", dijo Clayderman, en un reportaje vía correo electrónico con este diario, previo al show que ofrecerá mañana, a las 21.30, en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza).
-¿Siente que su música resiste el paso del tiempo y hasta aparece como una melodía limpia ante tanta música contaminada que suena en estos tiempos?
-En rigor, yo pienso que la música que hago no es la música de moda. Consiste en bellas composiciones, las cuales puedo ejecutar en mi piano con mi propio estilo.
-Ganar mercados con la música instrumental es una tarea nada fácil. ¿Cuál fue el secreto de su éxito a lo largo de tantos años?
-Sinceramente es algo de lo que no tengo control, yo hice y toqué lo mejor que he podido, y he presentado los mejores shows. Pero supongo que el secreto de ganar mercados es haber tocado ante una audiencia que le gusta escuchar el piano.
-¿Lo ayudó su imagen, que en su momento provocó el suspiro de las jovencitas y era la foto del póster más grande en sus habitaciones?
-Quizás en aquel tiempo haya sido más romántico, con mi largo pelo rubio, y posiblemente dio más impacto, pero la música fue esencial.
-¿Qué recuerdos le trae ese furor por usted en esos años. Lo extraña o prefiere la tranquilidad de esta etapa?
-No soy muy consciente de esos recuerdos, y no tengo una percepción muy profunda de aquellos tiempos. Mi prioridad eran los ensayos y eso me provocaba tensión. Todavía ahora practico en mi piano por lo menos dos horas por día. Me gusta esta adicción.
-"Balada para Adeline" sigue siendo un sello en su repertorio. ¿Es además su tema preferido o ya no le da tanto placer interpretarlo?
-Por supuesto que "Balada para Adeline" no fue descubierta por mí. Yo la he tocado en alrededor 2.000 conciertos que he realizado a lo largo de 30 años con la música. Y la he tratado de tocar lo mejor posible con la menor variación, depende mi estado de ánimo.
- En su discografía también interpretó temas de Los Beatles o Simon and Garfunkel. ¿Por una cuestión generacional, nunca se le ocurrió ser un músico de rock?
-Cuando tenía 17 años tocaba pop o rock, pero sinceramente pienso que el rock and roll no fue mi destino.
-El tango y el folclore no son géneros muy visitados en su discografía. ¿Les cuesta adaptarlos a su interpretación o no les agrada tocarlos?
-Bueno...tú sabrás...yo he grabado alrededor de mil temas diferentes en los 35 años pasados. Me gusta intentar cosas nuevas, incluyendo composiciones mías que adapto, a mi manera, en el piano.
-¿Si tuviera que comenzar de nuevo con su carrera, haría el mismo camino?
-Yo realizaría diferentes experimentaciones, pero no sé cuales...pero hoy en realidad estoy muy contento con lo que hago.